MADRID 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
La fragilidad del paciente anciano con síndrome coronario agudo (SCA) se asocia con un mayor riesgo de muerte o reingreso, según ha puesto de manifiesto los resultados del registro 'LONGEVO-SCA', elaborado por la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que este viernes celebra en Madrid su reunión anual.
El objetivo de este registro ha sido analizar el impacto de las variables vinculadas al envejecimiento (fragilidad, estado funcional y cognitivo, riesgo nutricional y comorbilidades) en el tratamiento recibido por el paciente anciano con síndrome coronario agudo y su pronóstico a los seis meses del ingreso.
"Los principales hallazgos del registro han mostrado que una sencilla valoración de la fragilidad mediante un test de cinco preguntas tiene una asociación muy potente con la probabilidad de morir o reingresar a los seis meses tras un SCA", ha explicado uno de los principales investigadores, Albert Ariza.
Además, prosigue el experto, se ha descubierto que el beneficio de hacer o no cateterismo cardiaco durante un ingreso por SCA no depende tanto de la edad cronológica del paciente sino de la presencia de fragilidad.
En relación también con la fragilidad, el estudio ha puesto de manifiesto que tiene un "potente efecto modulador" sobre la importancia pronóstica que tienen enfermedades como la diabetes, la insuficiencia renal o la anemia en el anciano con síndrome coronario agudo.
Del mismo modo, y gracias a este registro, los investigadores han podido comprobar también que el riesgo de tener complicaciones hemorrágicas se relaciona con el número de enfermedades asociadas que tenga el paciente más que con ningún otro componente de la valoración geriátrica; y que los cardiólogos españoles prescriben con mayor frecuencia antiagregantes más potentes y tratamientos con estatinas en aquellos pacientes que, a pesar de tener más de 80 años, no presenten fragilidad ni otros síndromes geriátricos.
En el registro, que se inició en 2016, han participado 44 hospitales españoles de 13 comunidades autónomas incluyendo a más de 500 pacientes de edad igual o mayor a 80 años con SCA. "Los datos de este estudio obligan a los cardiólogos del presente a hacer un enfoque mucho más minucioso del tratamiento de estos pacientes. Es posible que, en algunos casos, podamos ser algo más agresivos en el tratamiento y, en otros, más conservadores, pero desde luego aún hay bastante trabajo por hacer", ha zanjado el doctor Ariza.