Avisan de que su uso no disminuye el número, la gravedad y las consecuencias de las caídas, si no que las pueden aumentar
MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
Expertos reunidos en el Comité Interdisciplinar de Sujeciones de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) han destacado la necesidad de crear un marco legislativo nacional para abordar las sujeciones ya que, a su juicio, violan la libertad, dignidad, autonomía y autoestima de las personas mayores.
Por ello, han elaborado el primer 'Documento de Consenso sobre Sujeciones Mecánicas y Farmacológicas' que tiene como objetivo servir de guía de buena práctica de actuación para los profesionales sanitarios dedicados a la atención de los mayores y, a su vez, concienciar a la sociedad sobre la importancia que tiene restringir este tipo de sujeciones.
"Se trata de un tema que afecta a la dignidad de los ancianos y a su libertad y que, no obstante, genera una gran controversia ya que, entre otros asuntos, no existe un marco legal estatal que lo aborde de forma general, a pesar de que algunas comunidades autónomas ya han empezado a promulgar una normativa reguladora sobre las mismas como, por ejemplo, Navarra", ha informado el presidente de la SEGG, José Antonio López Trigo.
De hecho, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), José Luis Meler de Ugarte, ha informado de que España ocupa el "número uno" del ranking mundial en el uso de las sujeciones, a pesar de que su utilización carece de "evidencia científica".
En concreto, tal y como se señala en el documento, se considera una sujeción mecánica a cualquier acción, procedimiento o método que, mediante un dispositivo material, equipo mecánico o físico, unido, adyacente o atado al cuerpo del paciente, le impida moverse con facilidad y sea utilizado deliberadamente para limitar o contener su libertad de movimiento.
Ejemplo de este tipo de sujeciones son las barandillas en las camas de aquellos pacientes que realmente no las necesitan o mobiliarios ergonómicos adaptados con dispositivos de retención, en forma de bandejas o mesas, o aquel que no queda adaptado a unas posiciones o inclinaciones.
PROVOCAN ATROFIAS, DETERIORO FUNCIONAL Y, EN LOS CASOS GRAVES, ASFIXIAS
"Este tipo de sujeciones, siempre que no sean estrictamente necesarias, pueden provocar pérdida de masa muscular, atrofias, deterioro funcional, lesiones e, incluso en los casos más graves, estrangulaciones y asfixias", ha comentado el secretario general de la SEGG, Primitivo Ramos Cordero, para informar de que hay estudios que demuestran que el uso de este tipo de dispositivos no solo no disminuye el número, la gravedad y las consecuencias de las caídas sino que en determinadas circunstancias "las aumentan".
Asimismo, se considera una sujeción farmacológica o química al uso deliberado e intencional de psicofármacos, independientemente del grupo o familia y de sus dosis, que limiten o restrinjan la movilidad y comprometan las actividades de la vida diaria, así como el funcionamiento mental, con el objetivo de controlar una conducta inadecuada o molesta, y siempre que no se deba a un trastorno psiquiátrico o médico diagnosticado, si no que sean usados por conveniencias organizativas.
Ante esto, los especialistas han avisado de que el uso de estas sujeciones sólo está justificado de forma "excepcional", en aquellos estados de agitación, irritabilidad y agresividad, en los que se han agotado todos los recursos terapéuticos y ambientales, siendo "imposible" su control y entrañando un riesgo vital para las personas o para la aplicación de determinadas terapias esenciales para su subsistencia.
Además, consideran que tanto las sujeciones químicas como las físicas deben ser prescritas por el médico responsable de la asistencia del usuario y, en ausencia de éste, la institución debe tener previsto un protocolo alternativo de actuación, ante situaciones de compromiso vital urgente, en las que podrán ser indicadas por otro profesional y, posteriormente, prescritas por el médico.
EL CONSENTIMIENTO INFORMADO ES UN INSTRUMENTO "EXIGIBLE"
El consentimiento informado es otro de los aspectos que han destacado los expertos en el documento, el cual debe ser realizado por escrito y siempre y cuando vayan a usarse sujeciones más allá de un episodio agudo motivado por un riesgo vital urgente. En este sentido, han advertido de que son "ilegales" aquellos que son genéricos y los que se obtienen en el mismo acto del ingreso.
"El consentimiento informado es una buena herramienta porque se implica a más personas y es un instrumento exigible con independencia del grado de discapacidad", ha argumentado el magistrado juez de Primera Instancia de Málaga, Herminio Maillo Pedraz, para insistir en la necesidad de elaborar una legislación estatal que establezca los requisitos de cuándo deben ser utilizados.
En este sentido, el fiscal para la Defensa y Protección de las Personas Mayores, José María Paz Rubio, ha asegurado que la Fiscalía General del Estado está "muy preocupada" con este tema porque, tal y como ha reiterado, las sujeciones "atentan" contra la dignidad de las personas, el derecho a su libertad y pueden constituir un trato "degradante" si se utilizan por la falta de recursos de un centro.
Por otra parte, la SEGG ha solicitado en el documento que el Ministerio Fiscal, a través de los órganos competentes, se pronuncie sobre esta materia y proponga que se legisle de forma específica porque "afecta" a los derechos fundamentales de las personas.
Además, ha destacado la necesidad de que los profesionales sanitarios estén "comprometidos" con este asunto, al igual que las instituciones, empresas y el resto de la sociedad. No obstante, el secretario general de la SEGG ha reconocido que no es un documento "punitivo", si no que es de "concordia" para que todos los profesionales y organizaciones consigan que todos los mayores gocen de su derecho a la libertad y autonomía.
"Estamos hablando de valores de la sociedad y cuidado de mayores en situaciones complicadas y difíciles, y es ahí donde hay que buscar estos documentos porque son básicos para conocer estas situaciones y saber cómo abordarlas. No obstante, es importante recordar que la calidad de la atención a las personas mayores en España es buena", ha zanjado el director general del IMSERSO, César Antón Beltrán.