MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
Establecer en los programas de evaluación de los pacientes con Parkinson pautas para la valoración específica de las habilidades de reconocimiento de expresiones faciales en otras personas, es una de las recomendaciones que se desprenden de un trabajo científico desarrollado por la psicóloga y profesora del Departamento de Psicología y Salud de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), Laura Alonso Recio.
Aunque es probable que este tipo de problemas no se encuentren en todos los pacientes de Parkinson, en los casos en los que sí aparecen, la experta, cuyo trabajo se ha titulado 'Reconocimiento de expresiones faciales y funcionamiento ejecutivo en pacientes con enfermedad de Parkinson', ha comentado que puede abrir la posibilidad de diseñar y llevar a cabo programas de intervención específicos que contribuyan a mejorar su calidad de vida.
En los últimos años se está prestando especial atención a los síntomas no motores, como trastornos cognitivos y emocionales, que suelen padecer los pacientes con Parkinson y que, incluso, aparecen antes que los síntomas motores, lo que los convierte en posibles indicadores tempranos de la enfermedad.
De hecho, en el trabajo se ha puesto de manifiesto que el deterioro en el reconocimiento de las expresiones faciales se debe a dificultades en el reconocimiento del afecto, pero no tanto al deterioro cognitivo. "El problema que presentan los pacientes con Parkinson para reconocer las expresiones faciales en el rostro de otras personas les dificulta a la hora de valorar con precisión qué emoción desprenden en cada caso y ocasión, por lo que supone un serio hándicap en el marco de sus relaciones sociales con los demás", ha explicado la experta.
Por ello, en el trabajo se ha destacado la necesidad de incluir, dentro de los programas de evaluación de la enfermedad de Parkinson, alguna pauta para la valoración específica de las habilidades de reconocimiento de expresiones faciales emocionales por parte de los pacientes, así como el diseño de programas de intervención específicos que contribuyan a mejorar sus posibilidades de relación socioemocional y, por tanto, su vida cotidiana.