MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) ha revelado que, a medida que se pierde masa y función muscular en la garganta por el envejecimiento natural del cuerpo, se vuelve más difícil la constricción al tragar, lo que aumenta las posibilidades de que se queden alimentos y líquidos en la garganta.
El estudio, publicado en la revista 'Disfagia' y dirigido por Sonja M. Molfenter, profesora asistente en la universidad neoyorquina, ayuda a explicar por qué el 15 por ciento de los adultos experimenta disfagia o dificultad para tragar.
Entre otros problemas de salud, las dificultades para tragar pueden conducir a la desnutrición, la deshidratación y la neumonía, debido a los alimentos y bebidas que se dirigen de forma errónea a los pulmones. Las dificultades para tragar también pueden tener un impacto financiero en aquellos países donde no está cubierto dentro de la sanidad pública.
Molfenter y su equipo observaron que la disfagia en adultos mayores es particularmente relevante ya que, por ejemplo, en Estados Unidos se estima que la proporción de personas mayores aumentará a más del 20 por ciento para el año 2030.
"La disfagia tiene graves consecuencias para la salud y la calidad de vida. Esta investigación establece la necesidad de programas de ejercicios para adultos mayores en los músculos de la garganta, al igual que los que se dirigen a los músculos de los brazos, las piernas y otras partes del cuerpo humano", detalla la investigadora.