MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
Científicos del medio ambiente argumentan que las sociedades deberían adoptar el envejecimiento y la disminución de la población en un artículo que se publica este martes en la revista 'Trends in Ecology & Evolution'. Citan múltiples informes de los beneficios socioeconómicos y ambientales del envejecimiento de la población, la disminución de la mortalidad relacionada y la reducción de la fuerza laboral debido a la jubilación y sostienen que, al contrario de algunos análisis económicos, los costos asociados con el envejecimiento de las sociedades son manejables, mientras que las poblaciones más pequeñas hacen que sean sociedades más sostenibles.
"En muchos países, los medios de comunicación informan a menudo que las poblaciones estables y en declive debido al envejecimiento demográfico son un problema o una crisis", dice el coautor principal del texto, Frank Götmark, biólogo de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia. "Pero la alternativa --el crecimiento interminable de la población-- no es ecológicamente posible. La sobrepoblación conduce a problemas graves, incluido el consumo excesivo, los conflictos mortales por los recursos escasos y la pérdida de hábitat que lleva a la amenaza de especies", alerta.
El informe de la población de Naciones Unidas de 2017 indica que el 14 por ciento de los países tienen actualmente poblaciones en disminución, incluidos Japón, Estonia y la República Checa. El informe proyecta que el 32 por ciento de los países tendrán poblaciones reducidas para 2050, pero el envejecimiento y la disminución de las poblaciones pueden tener beneficios sociales.
Götmark y sus co-autores citan al economista japonés Akihiko Matsutani como evidencia de que la reducción de los grupos de trabajadores significa salarios crecientes para los trabajadores individuales y, por lo tanto, una mayor riqueza per cápita. Y las poblaciones más pequeñas también suponen menos aglomeraciones, lo que puede reducir los tiempos de viaje, disminuir el estrés, mantener las áreas verdes y mejorar la calidad de vida, según el ambientalista israelí Alon Tal.
En países con poblaciones que envejecen y disminuyen, algunos temen los desafíos sociales que conlleva el envejecimiento de la población, pero los autores sostienen que estos temores son exagerados. No encontraron evidencia para apoyar la creencia popular de que el envejecimiento de la población conduce a la escasez de trabajadores.
REVERTIR LA SUPERPOBLACIÓN
Estos investigadores reconocen que el gasto en salud aumenta con el envejecimiento de la población, citando el trabajo de la Oficina Nacional de Investigación Económica. Pero los autores sugieren que este aumento es manejable y argumentan que las sociedades deberían invertir más en la atención preventiva para reducir el gasto futuro en atención médica relacionado con la edad.
El aumento en el número de personas a través de medidas políticas parece tener solo un efecto pequeño y temporal en la proporción de personas mayores de 65 años. En lugar de luchar contra el envejecimiento, los autores dicen que las sociedades deberían permitir que su población disminuya de forma natural o afrontar consecuencias ambientales y sociales, como los conflictos por los recursos.
"Si no revertimos la sobrepoblación, lo que sucederá a continuación será una historia triste --dice Götmark--. Tenemos que reconocer que el crecimiento continuo de la población es una amenaza global. Las preocupaciones económicas a corto plazo, aunque son válidas, no se pueden priorizar sobre la salud a largo plazo de nuestro medio ambiente y nuestras sociedades".