MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una de cada cuatro personas mayores hospitalizadas sufren algún tipo de delirio, y la edad avanzada y la demencia son los principales factores de riesgo de padecerlo, según ha explicado la geriatra Neus Gual, del Parc Sanitari Pere Virgili de Barcelona.
Este trastorno consiste en un estado de confusión que aparece de repente, habitualmente tras un ingreso en un centro sanitario, y se caracteriza por agitación, falta de concentración, desorientación y somnolencia.
El elemento que desencadena este estado, según Gual, puede ser muy diverso, desde una neumonía, un infarto o un ictus hasta una infección de orina, deshidratación o un simple resfriado.
Las consecuencias de este trastorno para los pacientes son una mayor comorbilidad y mortalidad, así como un mayor riesgo de deterioro funcional y cognitivo, y un aumento de la tasa de institucionalización. Asimismo, también afecta a los familiares y/o cuidadores, ya que "es una fuente de estrés y sobrecarga", ha apostillado.
Pero además de las graves consecuencias para los pacientes, este problema también representa un elevado gasto para el sistema sanitario, ya que el sobrecoste aproximado del ingreso en un centro hospitalario de un paciente con este trastorno respecto a una persona hospitalizada que no lo sufre es de 500 euros.
Estos gastos, según la doctora Neus Gual, se podrían evitar, en buena parte de los casos, aplicando, tanto por parte de la familia como de los profesionales sanitaros diferentes medidas preventivas muy sencillas y económicas.
"Algunas de ellas son ambientales, como mantener la iluminación adecuada de la habitación, abriendo las persianas y cortinas durante el día, para que el paciente distinga el día de la noche; mantener el orden de la sala y retirar objetos que no sean de utilidad o evitar ruidos innecesarios, sobre todo durante la noche", indica.
UN LENGUAJE CLARO Y UN TONO ADECUADO PARA DIRIGIRSE AL PACIENTE
La geriatra Cristina Udina, también del Parc Sanitari Pere Virgili, cree que otras estrategias útiles son dirigirse al paciente con un lenguaje claro y sencillo y un tono de voz adecuado, escucharlo siempre, no realizar un cuidado específico sin habérselo explicado previamente y solicitado su colaboración.
También es recomendable realizar actividades de reorientación, como recordarle la fecha y la hora, por lo que son muy efectivos los relojes o los calendarios, y de movilización, con el fin de que se mantenga activo, con paseos, lecturas, etcétera, y garantizarle una nutrición y hidratación adecuadas.
"Estas medidas también son muy efectivas en el tratamiento del delirium, ya que, a pesar de que para solucionarlo debemos resolver el factor desencadenante, reducen la duración del trastorno y favorecen su reversión", ha señalado.