MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
La progresión de la enfermedad de Parkinson hace que los pacientes vean mermada su autonomía y favorece que a los cinco años del diagnóstico la mitad necesite la ayuda de un cuidador y, después de 10 años, hasta el 80 por ciento.
Así se desprende de los datos presentados por AbbVie con motivo de su presentación en Granada del proyecto 'Comprometidos', con el apoyo de la Escuela Andaluza de Salud Pública, que pretende reconocer y poner en valor la labor de las personas que cuidan de sus familiares con esta patología neurodegenerativa.
De hecho, se estima que estos cuidadores suelen ser en el 81 por ciento de los casos familiares (concretamente el 43% son hijas, un 22% son esposas y un 7,5% son nueras de la persona afectada) o amigos que soportan una gran carga física y emocional derivada de la atención diaria, especialmente en los casos más avanzados de la enfermedad.
Además, supone un cambio radical en su vida a nivel social, emocional y económico, ya que abandonan sus responsabilidades, e incluso a sí mismos, para centrarse casi exclusivamente en el cuidado de la persona con enfermedad de Parkinson.
En el caso de las mujeres cuidadoras, ellas asumen todas las responsabilidades e incluso abandonando otras actividades de su vida, lo que les puede generar problemas psicológicos y físicos.
CUANTO MÁS AVANZA LA ENFERMEDAD, MÁS ATENCIÓN NECESITA
En las fases más avanzadas, la persona con enfermedad de Parkinson requiere más horas de atención por parte del cuidador, lo que conlleva un incremento del riesgo de padecer depresión, fruto del estrés que ocasiona la enfermedad a lo largo del tiempo. En este sentido, numerosos estudios destacan la carga emocional de los cuidadores a lo largo del proceso de la enfermedad, sufriendo principalmente: estrés emocional, ansiedad y depresión.
Además, en estos estados los trastornos cognitivos e intelectuales que puede experimentar la persona con enfermedad de Parkinson agravan el malestar emocional del cuidador.
Otros síntomas como los trastornos del sueño también repercuten en el cuidador, quien tiene que mantenerse atento durante la noche ante cualquier necesidad o imprevisto. Concretamente, el 63,8 por ciento de los cuidadores tienen dificultades para dormir.
"Es muy importante que tanto las personas con enfermedad de Parkinson y sus cuidadores conozcan la enfermedad para controlar los síntomas, convivir con ella lo mejor posible, y por tanto, mejorar su calidad de vida", ha destacado María Angustias Díaz, presidenta de la Asociación Parkinson Granada.