MADRID, 13 Ene. (EDIZIONES) -
La demencia es un término general que suele significar un deterioro grave de la capacidad mental que interfiere con la vida cotidiana de la persona. La pérdida de memoria es un ejemplo. El Alzheimer es el tipo más común de demencia, aproximadamente en el 70% del total de casos, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Actualmente, en España, según estimaciones de esta sociedad científica, podrían existir unas 800.000 personas que padecen la enfermedad. El Alzheimer es la principal causa de discapacidad en personas mayores y la patología que genera uno de los mayores gastos sociales: el coste por paciente de Alzheimer se cifra entre 27.000 y 37.000 euros anuales.
"La demencia tiene lugar cuando surgen unos síntomas que indican una disfunción cognitiva en la persona. Estos pueden afectar a varias esferas cognitivas de la persona, como la memoria, la atención, o a nuestra capacidad ejecutiva, o incluso al lenguaje, y hacerlo de manera progresiva", subraya el doctor Juan Carlos Portilla, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN) en una entrevista con Infosalus, quien precisa también que estos síntomas iniciales de demencia a veces pueden identificarse con cambios en la conducta o en la personalidad del sujeto.
Ante este escenario, es vital intentar prevenir al máximo la demencia. Está muy extendido entre la población en general, por ejemplo, el hacer sudokus o crucigramas, con esa idea de prevenir la demencia pero, ¿hasta qué punto esto sirve de algo?
"Hay muchos estudios poblaciones sobre qué factores ambientales pueden ayudar a prevenir la demencia. Se sabe que en aquellas personas que realizan una actividad física, como caminar, evitan tóxicos, o controlan los factores de riesgo cardiovascular, la aparición de la demencia es menos frecuente que entre quienes no siguen una vida física sana", remarca el neurólogo.
EL PAPEL DE LA RESERVA COGNITIVA
Por otro lado, el vocal de la SEN subraya que se sabe que la intensidad o el ritmo del desarrollo una vez aparecida la demencia, o los primeros síntomas del deterioro cognitivo, son más lentos en aquellas personas con mejor reserva cognitiva, la capacidad previa cerebral que tiene la persona antes de la demencia.
"Es decir, en las personas con mejor reserva cognitiva, los síntomas más limitantes de la demencia aparecen de forma atenuada, y más tarde", advierte el neurólogo. Aquí es donde se habla de la salud cerebral, no sólo con las medidas físicas antes mencionadas, sino también con la actividad intelectual, a través de la lectura, o de la socialización (conversar con alguien), por ejemplo.
También el poder ejercitar nuestro cerebro a través de juegos, tipo sudokus o crucigramas, que faciliten el desarrollo de determinadas funciones cerebrales como la atención y la memoria, son muy útiles a la hora de prevenir la demencia, a juicio del experto. Es más, Portilla asegura que, si se hacen de forma regular, se refuerza nuestra reserva cognitiva.
Eso si, avisa de que no hay estudios que pongan a dos personas haciendo crucigramas y a otros no haciéndolos y se demuestre cuánto ayuda a la persona. "Lo que sí que existe es una evidencia clara en todo lo anterior", resalta Portilla.
De hecho sostiene que, una vez que se establece ese fallo cognitivo propio de la demencia, en su tratamientolas terapias ocupacionales centran gran parte de su tiempo en este y otro tipo de juegos, algo "fundamental" para la actividad cerebral.
"Esto forma parte de la terapia de la demencia y es eficaz. Está comprobado científicamente, no tanto sobre el curso natural de la enfermedad, pero sí para que esos síntomas de deterioro cognitivo retrasen cuanto más tarde mejor la aparición de su nivel máximo, porque será cuando esa persona sea realmente dependiente", sentencia el vocal de la SEN.
En este sentido, los doctores Christopher Kelly y Marc Einsenberg en '¿Saldré de esta, doctor? (Ediciones Vergara) coinciden con el especialista en que, por el momento, no existen pruebas que nos permitan afirmar que una intervención concreta pueda intervenir o retrasar la aparición de la demencia.
También señalan que hoy en día se carece de pruebas que demuestren que los programas cognitivos que se anuncian ofrezcan más beneficios que otras actividades más sencillas como leer el periódico o resolver crucigramas. "Aunque algunos estudios han demostrado que se puede mejorar la actividad cerebral combinando distintos ejercicios cerebrales con la actividad física y una buena dieta, el efecto es más bien de corto alcance", aprecian.
Estos doctores consideran que lo mejor que podemos hacer para prevenir la demencia es llevar una vida sana comiendo mucha fruta, verdura y cereales, minimizando el consumo de carne roja o azúcares añadidos, haciendo ejercicio, como media hora de bici, caminar deprisa o correr casi a diario y manteniendo una vida social activa son útiles para prevenir la demencia.