PALMA 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
La implementación de intervenciones orientadas a las familias de los usuarios de las residencias de personas mayores pueden conducir a unos estándares de atención más elevados y a una mejora del bienestar de los residentes, el personal y las familias.
Así se recoge en el 'Anuario del Envejecimiento 2025', que ha sido presentado este jueves y que está integrado por 27 capítulos que abordan diferentes temáticas que afectan a las personas mayores.
A lo largo de sus más de 700 páginas, un total de 52 autores abordan temáticas como la prevención mediante la detección, la formación, la creación de redes y el apoyo a la población mayor en situación de precariedad; la visibilidad de la heterogeneidad, la atención a la salud, el análisis y las propuestas de información y mejora desde el derecho, entre otras.
En el capítulo introductorio, el Anuario aborda la comunicación con las familias y su importante papel en los centros de atención residencial a largo plazo para las personas mayores. "Comprender cómo mejorar la comunicación entre familias y cuidadores y el personal es fundamental para mejorar la atención centrada en las personas", indican.
En un contexto, el español, donde la atención residencial llega a 300.000 personas usuarias y con una esperanza de vida después del ingreso de entre dos y dos años y medio, el apoyo a la familia repercute en la calidad de vida del residente.
Esta es una de las razones, han apuntado, por las que es importante trabajar de manera específica con las familias de los residentes y con los profesionales de las residencias de personas mayores.
Según el Anuario, las evidencias disponibles de iniciativas orientadas a las familias presentan resultados positivos.
Las posibilidades de las intervenciones son heterogéneas e incluyen actividades de psicoterapia, programas educativos y estrategias de comunicación dirigidas a los profesionales, los residentes y las familias.
ENVEJECIMIENTO ACELERADO
El Anuario, dirigido por Carmen Orte y presentado este jueves, que llega a su edición número 18, recuerda que España afronta un proceso de envejecimiento acelerado y que aunque Baleares cuenta con una población menos envejecida, también sigue la misma tendencia.
En concreto, mientras que la edad media de la población española sigue subiendo y se sitúa en 44,54 años, en Baleares es ligeramente inferior y se queda en 42,59 años.
Por su parte, en España la población de personas mayores de 65 años es el 20,1%, mientras que en el caso de Baleares este porcentaje baja hasta el 16,5%, aunque la tendencia es al alza.
EDADISMO EN LAS RESIDENCIAS
La cuestión del envejecimiento de las personas usuarias de las residencias de personas mayores se aborda en algunos estudios contenidos en el Anuario, como el que firman Carmen Orte, Marga Vives, María Valero y Liberto Macías, sobre la formación para prevenir edadismo en las residencias de Mallorca desde la perspectiva de los profesionales.
Este capítulo analiza los resultados sobre las percepciones de los profesionales que han participado en la formación integral y participativa realizada en las residencias públicas de Mallorca de Huialfàs, Son Caulelles, Oms y Sant Miquel.
Los principales resultados muestran las inquietudes de los profesionales sobre la calidad de los cuidados en diversos contextos como la alimentación, el baño e higiene, la vida diaria y actividades de las residencias, las relaciones familiares y aspectos organizativos e institucionales.
El estudio concluye la necesidad de promover un trato basado en el respeto a la individualidad, evitando actitudes de despersonalización o infantilizadoras. En este sentido, resulta fundamental reforzar la formación práctica en el modelo de atención centrada en la persona (ACP), especialmente en cuanto a la comunicación positiva, el lenguaje no estigmatizado y la promoción de la autonomía.
PARTICIPACIÓN COMUNITARIA
Por su parte, el capítulo 'La participación comunitaria en residencias para personas mayores: un modelo de mejora de la calidad de vida a través del proyecto #SomComunitat', a cargo de Francisca Jofre y Joan Escandell, analiza un proyecto desarrollado en la Llar d'Ancians como una herramienta para fomentar la participación activa de residentes, familias y trabajadores.
Se trata de una iniciativa que ha conseguido establecer un espacio de debate y colaboración donde todos los miembros de la comunidad pueden expresarse libremente, compartir sus preocupaciones y sugerencias, y contribuir a la mejora del servicio de atención.
La periodicidad y la voluntariedad del proyecto han permitido mantener una participación continua y sostenible, sin que esta se convierta en una acción puntual, destacan en el capítulo.
Así, el proyecto ha cumplido con los objetivos de fortalecer la relación entre los diferentes miembros de la residencia y promover un sentimiento de pertenencia y autonomía entre los residentes.
Según apuntan, el proyecto ha demostrado que la participación no solo mejora la calidad de los servicios, sino que también contribuye a la creación de un entorno más respetuoso, transparente y cómodo para los residentes, las familias y los trabajadores.
Defienden que la implementación de este proyecto ha sido un paso importante hacia la construcción de una residencia más inclusiva y orientada al bienestar de todos sus miembros. A grandes rasgos, los autores consideran que #SomComunitat ha puesto de manifiesto la importancia de la participación comunitaria para conseguir servicios más eficaces y centrados en las necesidades de las personas, y sirve como modelo para futuras iniciativas en otros centros.