MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
El confinamiento por el Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, y las restricciones a la movilidad agravan el estado de la piel de las personas mayores, según han avisado expertos de la compañía Essity.
"El confinamiento es una etapa dura para cualquier persona, pero más difícil aún para las personas mayores por la restricción a la movilidad. Los problemas en la piel de las zonas íntimas se agravan", ha señalado la responsable de la unidad de Dermatología en Iván Malagón Clinic en Madrid, Paloma Borregón Nofuentes, con motivo del Día Internacional de las Personas de Edad.
Al permanecer un mayor tiempo sentados y sin salir de casa, pierden su rutina y, a veces, descuidan su higiene personal, lo que empeora aún más la situación de los pacientes con incontinencia urinaria. Al respecto, la doctora ha avisado de que uno de los efectos del sedentarismo es la prolongación de la humedad de la zona íntima durante más tiempo porque permanecen con el producto absorbente todo el día.
"Por otro lado, al permanecer más tiempo sentados o en la cama, estos productos ejercen una presión continua en estas zonas, lo que favorece la aparición de heridas y úlceras", ha apostillado la experta, para señalar que esta situación que ha puesto en evidencia la importancia de proteger y cuidar la piel de las personas mayores puesto que, con el paso de los años, esta se resiente, pierde firmeza y se vuelve más frágil, lo que provoca que cualquier herida se repare con mayor dificultad.
Estos cambios también se evidencian en la piel de las zonas íntimas. En concreto, en las zonas donde se colocan los productos absorbentes, el tejido graso es más fino, lo que provoca la aparición de úlceras. "Generalmente, estos cambios se agravan más a partir de los 80 años, pero en las mujeres la menopausia marca el inicio, con la aparición de sequedad y picores en las zonas genitales", ha detallado Borregón.
Los tres principios más importantes para mantener la salud natural de la piel son: secar bien la piel, limpiarla y protegerla. Para ello es importante el uso de tejidos suaves y ropa de algodón, utilizar jabones suaves que no hagan espuma, evitar los baños largos y el uso de esponja ya que se trata de una zona con piel frágil.
Además de estas prácticas, es clave la labor de los profesionales sanitarios y de sus cuidadores porque las personas de edad avanzada muestran rechazo a consultar o mostrar cualquier señal atípica que perciban en la piel de sus zonas íntimas.
A esto se suma, señala la especialista, que estos pacientes no son conscientes de la importancia de protegerla. "Igual que la incontinencia urinaria creen que es algo que tiene que suceder porque son mayores, los problemas derivados de la falta de cuidado de la piel íntima también lo asocian a la edad, pero no son conscientes de la importancia de la prevención y los cuidados", ha enfatizado la doctora.
Por ello, ha recomendado utilizar cremas barreras entre la piel y los productos absorbentes para evitar la irritación de estas zonas, cambiar los dispositivos e hidratar la piel. Además, ha subrayado la importancia de ayudar a que los pacientes varíen su postura con frecuencia para evitar una presión prolongada y constante en estas zonas.