MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Departamento de Ciencia de Alimentos y Nutrición Humana de la Universidad Estatal de Iowa (Estados Unidos) han descubierto una hormona de la saciedad que, en niveles más altos, podría disminuir la probabilidad de que una persona desarrolle la enfermedad de Alzheimer.
Usando datos de la Iniciativa de Neuroimagen de la Enfermedad de Alzheimer (ADNI, por sus siglas en inglés), los investigadores analizaron la hormona de la saciedad colecistoquinina (CCK) en 287 personas. La CCK se encuentra tanto en el intestino delgado como en el cerebro. En el intestino delgado, permite la absorción de grasas y proteínas. En el cerebro, se encuentra en el hipocampo, que es la región que forma la memoria del cerebro.
Los investigadores han concluido que las personas que tienen niveles más altos de CCK, su probabilidad de tener un deterioro cognitivo leve, un estado precursor de la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Alzheimer, disminuye en un 65 por ciento.
"Es posible que esté familiarizado con el dicho 'usted es lo que come', pero ¿sabía que los alimentos que consume podrían afectar su memoria?. Esperamos que este estudio ayude a arrojar más luz sobre cómo las hormonas de la saciedad en la sangre y el cerebro afectan la función cerebral", explica Auriel Willette, el investigador principal de este estudio, que se ha publicado en la revista 'Neurobiology of Aging'.
Los científicos optaron por centrarse en CCK porque está altamente expresada en la formación de la memoria. Querían ver si había algún significado entre los niveles de CCK y los niveles de memoria y materia gris en el hipocampo y otras áreas importantes. También comprobaron las proteínas p-tau y tau, que se consideran tóxicas para el cerebro, para ver cómo podrían afectar la CCK y la memoria. A medida que aumentaban los niveles de tau, un CCK más alto ya no estaba relacionado con menos disminución de memoria.
Los investigadores esperan que este estudio aliente a otros a analizar el aspecto nutricional de las dietas, en lugar de solo considerar la ingesta calórica. Ahora, ya están observando cómo la dieta afecta los niveles de CCK de un individuo a través de la investigación de los cuerpos de cetona y glucosa en ayunas.