Cómo combatir la pérdida de memoria en mayores

Cerebro
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Actualizado: martes, 3 octubre 2017 8:25

   MADRID, 3 Oct. (EDIZIONES) -

   La memoria es una de las capacidades cognitivas que más preocupan a las personas adultas y mayores. Su pérdida, que tiende a expresarse en forma de queja subjetiva, conduce a que las personas busquen recursos para su entrenamiento y contrarrestar este sentimiento. Uno de los recursos existentes son los talleres de entrenamiento de memoria, unos programas psicoeducativos dirigidos a personas mayores y adultas, sin deterioro cognitivo, con el fin de trabajar la memoria y sus funciones cognitivas.

   Los primeros programas de entrenamiento surgieron en los 70 y fueron dirigidos a personas con trastornos orgánicos cerebrales. Su principal finalidad era estimular la capacidad cognitiva y promover la rehabilitación. Es a partir de esta experiencia y sus resultados satisfactorios cuando estos programas se han adaptado a la población anciana.

   "Es importante trabajar la memoria con los mayores porque, aunque hay pérdida, se produce un deterioro en determinadas estructuras, no hay un deterioro global. El cerebro envejece y conlleva una pérdida tanto neuronal como de atención, de varias funciones cognitivas", subraya en una entrevista con Infosalus la doctora en Psicología Cristina Vidal-Martí, con motivo de la publicación de 'Actividades en grupo de mayores para entrenar la memoria' (Editorial CCS).

   Según advierte la especialista, en los ancianos se registra una pérdida de memoria pero socialmente "se magnifica" esa pérdida puesto que la padece una persona mayor. "Por ejemplo, si a un niño le pides que vaya al supermercado y se deja uno de los tres ingredientes que le has pedido le riñes porque no ha prestado la suficiente atención. Sin embargo, si una persona mayor se olvida, ese olvido lo atribuyes al deterioro de la memoria, cuando igual si lo trabaja esos olvidos pueden disminuir", apostilla la también educadora social.

   Asimismo, resalta que las personas mayores llega un punto en el que dejan de 'esforzarse' por ejercitar esa memoria puesto que son conscientes de que es propio de la edad perderla. "Si a su vez hay algo de carácter emocional esa pérdida se ve intensificada, sobre todo por tener a alguien con trastorno cognitivo cerca. Por eso se realizan talleres de entrenamiento de memoria, para ayudar a estas personas mayores de que tomen conciencia de que sí hay una pérdida, pero que si se entrena se puede llevar de manera mejor, se puede optimizar su capacidad de memoria", apostilla Vidal-Martí.

   Además, subraya que a medida que las personas envejecen centran su atención en el funcionamiento de esta facultad cognitiva, sus cambios son vividos con cierto malestar, en parte, por asociar de manera errónea la pérdida de memoria con padecer un trastorno neurocognitivo. Otro motivo para seguir con estos talleres adelante es la prevención, añade.

LOS TALLERES DE MEMORIA

   La psicóloga detalla que las actividades en grupo facilitan que las personas compartan su preocupación por la memoria pero, a su vez, que puedan encontrar en el grupo un espacio terapéutico que les ayude y motive a seguir entrenando su memoria.

   En este contexto, señala que cuando se hacen talleres de entrenamiento de memoria se trabajan todas las funciones cognitivas, no sólo la memoria en proceso de envejecimiento saludable, sino también la atención, que también se daña con la edad, las funciones ejecutivas, la secuenciación, la elaboración, la categorización, la organización y también las funciones del lenguaje y de praxia.

   "Es importante trabajar todas las dimensiones de la persona, no únicamente teniendo en cuenta lo que sería la función cognitiva, sino también todas las dimensiones que afectan a la persona, porque el envejecimiento también conlleva menos amistades, bien porque se ha dejado de trabajar, o bien porque han fallecido o se hayan ido a vivir a otras partes", agrega la psicóloga.

   A su juicio, los programas de entrenamiento deben partir de las necesidades expresadas por sus participantes y enmarcarse en un proyecto estructurado, fundamentado y coherente con las necesidades. "Debe promover la transferencia de conocimientos en el día a día y, si se realiza en grupo, el número de actividades debe ser mayor que a nivel individual", indica.

   Entre otros beneficios, Vidal-Martí también apunta a que los participantes presentan una mejora del estado de ánimo y una disminución de los niveles de ansiedad, el reaprendizaje de las estrategias de memoria, y el conocimiento de la memoria de cada uno.