MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
El 35,5 por ciento de los hombres y el 40,8 por ciento de las mujeres mayores 60 años tienen obesidad en España, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), con una tendencia en aumento, especialmente por los cambios en los hábitos de vida, lo que eleva los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Por encima de los 80 años estas cifras descienden a 19,4 por ciento y 29,2 por ciento en hombres y mujeres respectivamente. El mantenimiento de la actividad física junto a una adecuada dieta, son los mejores aliados para prevenir la obesidad o abordar la pérdida de peso.
"Cada vez existen más a nuestro alcance alimentos de alta carga calórica que se consumen con frecuencia, sobrepasando las necesidades de energía y nutrientes del organismo", ha señalado el jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, David Curto.
Uno de los hábitos saludables para prevenir el sobrepeso es el mantenimiento una actividad física de intensidad moderada, unos veinte minutos diarios. Por ejemplo, pasear a un ritmo elevado, sin llegar a tener fatiga es una buena práctica.
Junto a ello el experto recomienda consumir una dieta rica en verduras y cereales integrales, sin olvidar incluir fruta, aceite de oliva, legumbres, frutos secos crudos, pescado, carne de ave y lácteos desnatados y evitando los azúcares refinados y la grasa saturada.
TRATAMIENTO PARA LA PÉRDIDA DE PESO
En las personas mayores el objetivo de pérdida de peso debe abordarse con cautela y sin demasiada agresividad, valorando los beneficios, pero también los riesgos de sarcopenia o pérdida de masa muscular.
Los pilares en el tratamiento de la obesidad se fundamentarán en una dieta con restricción de calorías a unas 500 menos de las que correspondería por edad y sexo, consumiendo los productos comunes en la dieta mediterránea, sobre todo verduras, frutas y cereales no refinados; actividad física, cuya opción más recomendada en personas mayores es el entrenamiento de resistencia progresiva, basado en ejercitar los músculos con algún tipo de resistencia que se incrementa progresivamente a medida que mejora la fuerza; y la terapia conductual, con la modificación de hábitos orientado a reforzar el efecto de la dieta y el ejercicio sobre la reducción ponderal.