MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
Más del 60 por ciento de ancianos presenta alteraciones de la deglución, lo que se conoce como disfagia, porcentaje que se incrementa hasta el 84 por ciento en pacientes con enfermedades de Alzheimer y Parkinson.
"La deglución requiere la integridad física y funcional de diversas estructuras anatómicas y la correcta coordinación de las mismas. Cuando este proceso se altera, se produce la disfagia, caracterizada por la dificultad de mover el bolo alimenticio, de manera segura, desde la boca al estómago sin que aparezca la aspiración", ha señalado el director del Instituto de Comunicación, Habla y Lenguaje de Vithas Internacional, Julio Ampuero.
Las causas que producen este trastorno son diversas, y entre ellas destacan enfermedades del sistema nervioso central, desórdenes musculares y lesiones estructurales.
"Las consecuencias suelen ser graves, ya que afectan a la eficacia de la deglución y a la seguridad del paciente, produciendo deshidratación, malnutrición, pérdida de peso, aspiración, asfixia, neumonía e incluso la muerte", ha destacado la neurologopeda y especialista en Estudios Fónicos y Ciencia Vocal, Sara Magallanes.
ABORDAJE MULTIDISCIPLINAR DE LA DISFAGIA
Existen una serie de signos y síntomas que deben hacer sospechar, "tos o atragantamiento al comer, cambios en la voz, babeo, deglución fraccionada, retención de alimentos en la faringe, carraspeo, pérdida de peso progresiva, infecciones respiratorias de repetición", según ha señalado la especialista del Instituto de Comunicación, Habla y Lenguaje, Eva Pedraza.
Por ello, la detección precoz resulta fundamental. Mediante un abordaje multidisciplinar por parte de neurólogos, logopedas, nutricionistas y profesionales de enfermería se determinarán las estrategias terapéuticas más eficaces en cada caso.
"La rehabilitación logopédica permite reducir el riesgo de aspiración y optimizar la hidratación y nutrición", ha señalado Julio Ampuero. Según la severidad se recomendarán unas estrategias u otras, "una de las actuaciones más importantes es la adaptación de alimentos, modificando el volumen, la consistencia o textura de sólidos y líquidos. También enseñamos técnicas posturales que facilitan la deglución para que sea segura y eficaz y realizamos un trabajo de entrenamiento de la movilidad, tono, recorrido muscular y sensibilidad de todos los órganos implicados", ha concluido el especialista.