MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Xi'an Jiaotong-Liverpool, la Universidad de Stanford, la Universidad Jiao tong de Shanghai y la Universidad de la Academia de Ciencias de China han demostrado que complementar una dieta con los organismos marinos 'Ascidiacea', también conocidos como ascidias, invierte algunos de los principales signos de envejecimiento en un modelo animal.
Las ascidias pueden comerse crudas y se encuentran en platos de Corea (donde se conocen como meongge) y Japón (hoya). Estos organismos marinos contienen unas sustancias llamadas plasmalógenos, que son vitales para los procesos de nuestro cuerpo.
Los plasmalógenos se encuentran en todo nuestro cuerpo de forma natural, sobre todo en el corazón, el cerebro y las células inmunitarias, pero a medida que envejecemos, la cantidad en nuestro cuerpo disminuye. Esta pérdida es también una característica de varias enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson.
Para investigar si el aumento de los niveles de plasmalógenos puede contrarrestar los efectos del envejecimiento, los investigadores estudiaron los efectos de añadir plasmalógenos a la dieta de ratones envejecidos. Comprobaron que los suplementos tenían profundos efectos en la capacidad de aprendizaje y los síntomas físicos de estos ratones.
"Nuestra investigación sugiere que los plasmalógenos no sólo pueden detener el deterioro cognitivo, sino que pueden revertir las deficiencias cognitivas en el cerebro que envejece. Además, a los ratones de edad alimentados con los plasmalógenos les crece un nuevo pelo negro más grueso y brillante que a los ratones de edad no alimentados con el suplemento", explica Lei Fu, autor correspondiente del estudio, que se ha publicado en la revista científica 'Frontiers in Molecular Biosciences'.
Este estudio es el primero que muestra con detalle cómo los plasmalógenos afectan al envejecimiento del cerebro. Los efectos del suplemento de plasmalógeno sobre el aprendizaje y la memoria se probaron entrenando a los ratones para que utilizaran un laberinto acuático de Morris: una piscina de agua que contiene una plataforma que sirve de zona de descanso.
Por lo general, a los ratones no les gusta nadar, por lo que a lo largo de cinco días de entrenamiento recuerdan dónde está la plataforma y nadan directamente hacia ella en cuanto se encuentran en la piscina. Sin embargo, los ratones más viejos tardan más en encontrar la plataforma tras el mismo tiempo de entrenamiento.
Sorprendentemente, cuando se les alimenta con plasmalógenos, los ratones de edad se comportan más como ratones jóvenes, encontrando la plataforma mucho más rápido que el grupo de control de ratones de edad que no han recibido el suplemento.
Para encontrar la razón de la mejora mostrada por los ratones alimentados con plasmalógenos, los investigadores examinaron más de cerca los cambios que se producían dentro del cerebro. Descubrieron que los ratones alimentados con el suplemento de plasmalógeno tenían un mayor número y calidad de sinapsis (las conexiones entre neuronas) que los ratones envejecidos a los que no se les había administrado el suplemento.
Las sinapsis son una parte fundamental de nuestras redes neuronales y, por tanto, cruciales para el aprendizaje y la memoria. Nuestras sinapsis tienden a ser muy plásticas cuando somos niños, pero disminuyen en número y se deterioran con la edad y en las enfermedades neurogenerativas, lo que da lugar a deterioros cognitivos.
Por ello, en este estudio, los ratones envejecidos alimentados con suplementos de plasmalógeno mostraron un mayor potencial para aprender nuevas habilidades y crear nuevas redes neuronales que los ratones envejecidos cuya dieta no fue suplementada. Esto sugiere que los plasmalógenos en la dieta pueden detener el deterioro de las sinapsis relacionado con la edad.
Otra característica del envejecimiento, que se considera un factor importante en la neurodegeneración, es la inflamación del cerebro. Un exceso de inflamación puede tener un efecto negativo en la capacidad cognitiva, ya que el sistema inmunitario del cerebro se vuelve hiperactivo y se vuelve contra sí mismo, atacando a las neuronas e impidiendo que las sinapsis funcionen correctamente.
En este estudio, la inflamación en los ratones envejecidos disminuyó considerablemente en los que recibieron suplementos de plasmalógeno en comparación con los que siguieron una dieta normal, lo que permite entender por qué obtuvieron mejores resultados en tareas de aprendizaje y memoria.