Archivo - Resonancia magnética del cerebro. - ISTOCK - Archivo
MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Alzheimer sigue desafiando a la ciencia con mecanismos que no siempre encajan con la visión clásica de una enfermedad dominada por la inflamación y el deterioro progresivo. Aun así, cada nueva investigación abre una vía distinta para entender qué ocurre realmente dentro del cerebro cuando la enfermedad avanza.
En este caso, un equipo internacional ha analizado procesos celulares que apenas habían atraído la atención hace unos años. Su objetivo: comprobar si ciertas células inmunitarias del sistema nervioso podían estar desempeñando un papel sorprendentemente distinto al que se les atribuía. Los resultados, publicados en Nature, apuntan a una dirección que pocos esperaban.
UN ANÁLISIS QUE COMBINA MODELOS ANIMALES Y TEJIDO HUMANO
Utilizando modelos de ratón con Alzheimer, células humanas y tejido cerebral humano, investigadores del Centro Loeb para la Enfermedad de Alzheimer en la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Mount Sinai (Estados Unidos) han demostrado que la disminución de PU.1 promueve la expresión de proteínas receptoras inmunorreguladoras linfoides en la microglia.
Tal y como se recoge en un artículo en 'Nature', a pesar de estar presentes en pequeñas cantidades, estas células microgliales neuroprotectoras ejercen un efecto supresor generalizado sobre la inflamación en todo el cerebro y protegen la función cognitiva y la supervivencia en ratones. La eliminación de CD28 de este pequeño subconjunto de microglia amplificó la inflamación y aceleró el crecimiento de las placas, lo que destaca el papel clave de CD28 en la actividad microglial protectora.
LA MICROGLIA, MUCHO MÁS QUE UNA CÉLULA INFLAMATORIA
"La microglia no solo actúa de forma destructiva en la enfermedad de Alzheimer, sino que puede convertirse en protectora del cerebro", asegura Anne Schaefer, autora principal del artículo y líder del proyecto en la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Mount Sinai. "Este hallazgo amplía nuestras observaciones previas sobre la notable plasticidad de los estados de la microglia y su importante papel en diversas funciones cerebrales. Asimismo, subraya la vital importancia de la colaboración internacional para el avance del progreso científico".
El estudio se basa en el trabajo genético pionero de Alison Goate directora del Centro Loeb para la Enfermedad de Alzheimer y coautora principal del estudio, quien identificó una variante común en SPI1 -el gen que codifica PU.1- asociada a un menor riesgo de Alzheimer. Estos resultados proporcionan una explicación mecanicista de por qué los niveles más bajos de PU.1 están relacionados con un menor riesgo de Alzheimer", destaca Goate.
El descubrimiento del eje PU.1-CD28 establece un marco molecular para comprender los estados protectores de la microglia y destaca el potencial de las inmunoterapias dirigidas a la microglia para modificar el curso de la enfermedad de Alzheimer.