MADRID 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
Cerca del 60 por ciento de los pacientes ingresados por fractura de cadera estaban desnutridos o con riesgo nutricional al ingreso, según un estudio realizado en el Hospital General de Ciudad Real presentado en la XI edición del Curso de Ortogeriatría, organizado por el Hospital Universitario La Paz de Madrid, con la colaboración de Nutricia Advanced Medical Nutrition.
Asimismo, el trabajo ha evidencado cómo el screening y la valoración nutricional mejora la evolución de los pacientes con fractura de cadera. "Actualmente se considera que el tratamiento nutricional, generalmente con suplementos nutricionales orales, es una parte importante del cuidado médico integral en estos pacientes", ha comentado el jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario La Paz y coordinador de este curso, Juan Ignacio González Montalvo.
La fractura de la extremidad proximal del fémur o fractura de cadera es la complicación más importante de la osteoporosis por la mortalidad, morbilidad y costes que genera, siendo más frecuente en mujeres. En España, se produjeron alrededor de 330.000 fracturas por fragilidad en 2017, de las que el 22 por ciento fueron fracturas de cadera.
"La fractura de cadera en nuestros ancianos no es simplemente una mala caída, la mayoría de las veces es la 'punta del iceberg' que pone de manifiesto una situación de fragilidad del paciente que la sufre y que tiene unas bajas reservas fisiológicas para hacer frente a circunstancias adversas como este tipo de fracturas. En estos casos, es muy importante la situación nutricional del paciente, ya que los más desnutridos, al ser más frágiles, pueden desarrollar con mayor facilidad complicaciones y tener un mayor riesgo de mortalidad y de estancias hospitalarias más largas", ha dicho la facultativo especialista de área (FEA) del Servicio de Geriatría del Hospital General de Ciudad Real, Nuria Fernández.
FACTOR DE MAL PRONÓSTICO FUNCIONAL Y VITAL
La desnutrición condiciona, entre otras complicaciones, la pérdida de masa y fuerza muscular, motivo por el cual existe un "alto porcentaje" de ancianos con fractura de cadera desnutridos ya desde el ingreso. En este punto, los expertos han avisado de que la malnutrición, especialmente el déficit de proteínas, como la albúmina, es un factor de mal pronóstico funcional y vital. Además, la malnutrición calórica, en las personas con índices de masa corporal inferiores a 25 kg/m2, predispone a nuevas fracturas.
"El aporte nutricional desde el inicio mejora los resultados y hay estudios que avalan que el tiempo de rehabilitación y recuperación funcional puede ser más corto comparado con los pacientes que no reciben este soporte nutricional. Las proteínas son como 'los ladrillos' sobre los que debe estructurarse nuestro cuerpo y, por ello, son fundamentales", ha argumentado la doctora.
El adaptar la dieta para que el paciente tenga un adecuado aporte de nutrientes es, a su juicio, "especialmente importante" en circunstancias como las fracturas de cadera que necesitan de una cirugía para su corrección, y suponen un aumento del metabolismo basal. "En estos casos, resulta necesario añadir una suplementación nutricional oral para mejorar el estado nutricional y evitar complicaciones", ha añadido.
Finalmente, los expertos han comentado que el abordaje de los pacientes con fractura de cadera debe ser multidisciplinar, mediante la coordinación entre las diferentes especialidades (anestesia, traumatología, geriatría, rehabilitación, reumatología y nutrición) y profesiones (médicos, enfermeras y fisioterapeutas).
"Un manejo integral, coordinado y continuado ha demostrado las mejores tasas de supervivencia y recuperación de la situación previa de los pacientes, así como la mayor prevención secundaria de nuevas fracturas", ha zanjado el doctor Montalvo.