MADRID, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una alimentación sana, basada en la dieta mediterránea, puede prevenir los trastornos digestivos que suelen aparecer a partir de los 60 años, según han explicado médicos geriatras en el marco del 61 congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Las modificaciones y manifestaciones que el envejecimiento produce en el tubo digestivo "hacen más frecuente la aparición de problemas y cambios que complican y aminoran la calidad de vida de la persona mayor", ha explicado el vicepresidente de la SEGG, el doctor Carlos Verdejo. En este sentido, la disminución de la motilidad en el esófago o el intestino "pueden favorecer el disconfort de estas personas y generar diversos trastornos que se pueden volver crónicos, como el estreñimiento, la impactación fecal o el síndrome del intestino irritable, o alteraciones nutricionales secundarias a los mismos", ha añadido.
Entre los cambios que se producen en el intestino con el avance de la edad se encuentran la atrofia de la mucosa y glandular, degeneración neuronal, modificaciones en la flora intestinal o alteraciones en la distribución mitocondrial, entre otros. Por ello, "resulta fundamental seguir una alimentación sana y equilibrada, estar lo mejor nutridos posible para evitar que esas pérdidas anatómicas y funcionales impacten en la calidad de vida y evolucionen a problemas mayores", ha resaltado Verdejo.
Asimismo, para conseguir una mejor alimentación, el doctor recomienda hacer cinco comidas pequeñas, bajas engrasas y ricas en frutas, verduras y legumbres, así como beber mucha agua, además de incorporar la práctica de ejercicio físico de forma regular.
Los cambios anatómicos del tracto gastrointestinal inferior en los mayores pueden contribuir, entre otros, al retraso en el tiempo de tránsito y a la disminución del contenido de agua en las heces, "lo que hace que el estreñimiento sea el síntoma digestivo más habitual en personas mayores, también por la baja ingesta de fibra y el sedentarismo", ha explicado el doctor. Así, según datos de la SEGG, afecta a alrededor del 20 y el 30 por ciento de las personas a los 65 años, y a entre el 30 y el 50 por ciento de personas por encima de los 75 años.
Por otra parte, otro de los desórdenes de la motilidad intestinal más habituales en mayores es el síndrome del intestino irritable. "Éste no es fácil de reconocer en personas mayores debido a la presencia de trastornos sistémicos, como la diabetes, que pueden alterar la percepción del dolor. Por ello, su manejo será más difícil y complicado que en personas más jóvenes", ha concluido el doctor Verdejo.
Asimismo, con el objetivo de formar a los profesionales sanitarios y concienciar de que estos trastornos no son propios de la edad y se puede actuar contra ellos, en el congreso se presenta el curso online 'Trastornos de la motilidad del tubo digestivo, desde el principio hasta el fin'.