Los sistemas de alerta por calor son altamente reduccionistas y marginan los efectos severos del calor para algunas personas
MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 89% de los madrileños mayores de 65 años afirma que el cambio climático afecta a su vida diaria, según un estudio europeo publicado en la revista 'Geoforum' en el que ha participado la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
El estudio ha recogido los datos de cerca de medio centenar de personas mayores de 65 años de Madrid y Varsovia (Polonia) durante los veranos de 2021 y 2022. En el caso de la capital polaca, el 71% de los encuestados también afirmaron sentirse afectados por el cambio climático.
Basándose en estos datos, una de las autoras del estudio e investigadora del grupo 'Urban Transformation and Global Change Laboratory' (TURBA Lab), adscrito a la unidad de investigación de la UOC, Paloma Yáñez, denuncia que los sistemas de alerta por calor, así como los protocolos de actuación para la ciudadanía, "son altamente reduccionistas, y marginan los efectos severos del calor para algunas personas y la diversidad de formas de adaptarse".
En este sentido, el objetivo de la investigación es "entender que el calor se vive de forma diferente según cada persona en función de sus características físicas y sociales", explica Yáñez.
Además, los motivos de elección de estas dos ciudades representativas fueron: las temperaturas extremas de Madrid, como ejemplo del calor en el sur europeo, y el reciente aumento de temperaturas veraniegas de Varsovia, como ejemplo de las modificaciones en los patrones del calor en Europa continental, explica la investigadora.
Asimismo, añade que esta conclusión se puede aplicar a otras ciudades, teniendo en cuenta la diversidad de experiencias de las personas mayores, no solo desde la vulnerabilidad, sino desde su capacidad para gestionar el calor.
ESTRATEGIAS DE ADAPTACIÓN
Según el estudio, a los mayores les preocupa las carencias de las políticas públicas para poder hacer frente a esta situación, con arquitecturas erróneas, espacios verdes mal gestionados, y pérdida de tejido social en los barrios para denunciar estos problemas.
Yáñez comenta que la recomendación de "quedarse en casa" ante temperaturas extremas, aislados, les recordaba a la pandemia de COVID-19 y por eso reivindican "como agentes activos más que vulnerables" una mayor atención a las estrategias de adaptación.
Entre ellas, cerrar ventanas y persianas durante el calor y ventilar por la noche, ajustar el ejercicio diario a horas tempranas del día, buscar refugios fuera de casa y actividades sociales durante las horas de más calor en las viviendas, así como un uso del aire acondicionado reducido y sustituido por el ventilador para gastar menos en electricidad, apunta la investigadora.
"Nuestra manera de vivir el calor también es una experiencia única. Estas vivencias son una mezcla de nuestros saberes tangibles e intangibles, conscientes e inconscientes, que nos llevan a diversas afecciones y actuaciones frente al calor de una manera determinada. Nuestro objetivo ha sido demostrar que este tipo de conocimiento rige cómo vivimos el calor y es esencial para gestionarlo", concluye Yáñez.
LAS MUJERES EXPRESAN Y SUFREN MÁS EL CALOR
El estudio mostró diferencias entre mujeres y hombres: ellas expresaron más experiencias relacionadas con el calor que ellos, como sudoración, hinchazón, debilidad, pesadez, dolor de cabeza o disminución del apetito.
También fueron más propensas a hablar sobre sus experiencias corporales, lo que, según las autoras, no significa que los hombres no las experimenten, sino que podrían ser más reacios a comunicarlas por razones culturales y estereotipos de género.
No obstante, las investigadoras comprobaron que las mujeres sufren una mayor afección por el calor, una mayor pérdida de capacidad física y más dificultades de salud a corto y largo plazo.
Esto es problemático debido a la falta de programas y protocolos para gestionar el calor enfocados a las mujeres, que continúan siendo las responsables de los cuidados en verano, independientemente de las temperaturas, lo que contribuye a agravar su situación", advierte Yáñez.