MADRID 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una vacuna terapéutica puede aumentar los anticuerpos y las células T, ayudándolas a infiltrarse en los tumores y combatir el cáncer de cabeza y cuello relacionado con el virus del papiloma humano (VPH). Investigadores del Centro de Cáncer Abramson de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, probaron el enfoque de inmunoterapia en dos grupos de pacientes con carcinoma de células escamosas avanzado de cabeza y cuello (HNSCCa) y encontraron que el 86 por ciento mostró actividad de células T elevada.
Según los autores, es el primer estudio que muestra que la vacuna puede ayudar a las células inmunes a infiltrarse en los tumores. Además, el trabajo describe a un paciente que recibió la vacuna en el ensayo, desarrolló enfermedad metastásica siete meses después, luego fue tratado con inmunoterapia anti-PD-1 y ha estado en remisión durante más de dos años, tal y como se detalla en un artículo publicado este viernes en 'Clinical Cancer Research'.
HNSCCa es un cáncer que se desarrolla en las membranas mucosas de la boca y la garganta. El tabaquismo y el consumo de tabaco son causas conocidas, pero la cantidad de casos relacionados con la infección por VPH --una infección de transmisión sexual muy común, que los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) dicen que casi todos los adultos sexualmente activos la contraerán en algún momento de su vida-- se encuentra entre los tipos de cáncer de crecimiento más rápido.
Los CDC estiman que el 70 por ciento de todos los cánceres de cabeza y cuello en Estados Unidos ahora están relacionados con el VPH. Aunque hay muchos tipos de VPH, los subtipos de VPH 16 y 18 son los más comúnmente asociados con el cáncer. Muchos de los pacientes con este tipo de HNSCCa tienen buenos resultados del tratamiento que incluye cirugía o quimioterapia y radiación. Para los pacientes que no responden al tratamiento o que desarrollan enfermedad metastásica, se aprueba la terapia anti-PD-1, pero solo ayuda a alrededor del 15 por ciento de los pacientes.
"Queríamos saber si esta vacuna puede estimular el sistema inmunológico de pacientes con cáncer de cabeza y cuello relacionado con el VPH, lo que podría abrir la puerta a mejores tasas de respuesta a otras terapias existentes, y nuestros hallazgos demuestran que podemos", explica el autor del estudio, Charu Aggarwal, profesor asistente de Hematología-Oncología en la Escuela de Medicina Perelman de Penn.
Hay otras vacunas preventivas contra el VPH recomendadas para niñas y niños. La vacuna utilizada en este ensayo clínico es diferente de las vacunas preventivas, que pueden prevenir el cáncer, pero no pueden tratarlo. La vacuna en esta investigación, conocida como MEDI0457, es una vacuna de ADN que puede tener un beneficio terapéutico.
POSIBLE COMBINACIÓN CON OTRAS INMUNOTERAPIAS
Los investigadores dieron cuatro dosis de MEDI0457 a 21 pacientes separados en dos grupos diferentes. Un grupo recibió una dosis antes de la cirugía, seguida de tres dosis tras la intervención quirúrgica. El segundo grupo recibió cuatro dosis después de la quimioterapia y la radiación. Un total de 18 de los 21 pacientes mostraron actividad elevada de células T que duró al menos tres meses después de la dosis final de la vacuna, lo que significa que el efecto inmune persistió durante al menos seis meses desde el inicio de la inmunoterapia.
Se realizaron biopsias en cinco tumores antes y después de una dosis de la vacuna, y hubo pruebas de que las células T reaccionaron con los antígenos contenidos en la vacuna en las cinco muestras "posteriores". "No hemos visto ese tipo de infiltración con una sola dosis de una vacuna antes --señala Aggarwal--. Estos hallazgos abren la puerta a la utilización de enfoques de inmunoterapia dirigida contra objetivos específicos que causan cáncer como el VPH".
La vacuna también fue muy bien tolerada: los pacientes tenían dolor en el brazo en el sitio de la inyección, pero no hubo informes de efectos secundarios graves. Asismismo, los autores describieron específicamente el caso de un paciente en el ensayo de la cohorte que recibió una dosis de la vacuna antes de la cirugía y que desarrolló una recurrencia metastásica siete meses después del tratamiento, momento en el que recibió el inhibidor de PD-1 Nivolumab y pasó a tener una respuesta completa. Ahora, dos años después, todavía no muestra signos de enfermedad.
"Esta respuesta sugiere que la vacuna puede, de alguna manera, preparar el sistema inmune, lo que podría potenciar los efectos de la posterior terapia anti-PD-1", apunta Aggarwal. Este caso único fue uno de los principales impulsores de un ensayo clínico dirigido por Penn y en varios sitios, que ahora está inscribiendo pacientes. Combina la vacuna con la terapia anti-PD-1 para pacientes con cáncer de cabeza y cuello metastásico asociado con el VPH.
"Estos son resultados muy importantes y únicos, y el siguiente paso ya está en marcha para combinar esta vacuna con otras inmunoterapias", plantea Roger B. Cohen, profesor de Hematología-Oncología en Penn y director asociado de Investigación Clínica en el Centro de Cáncer Abramson. "Creemos que nuestros resultados del paciente único que actualmente está libre de la enfermedad sugieren que el impacto clínico de una vacuna combinada y el enfoque de anticuerpos PD-1 puede ser profundo si se puede confirmar en ensayos clínicos en curso y planificados" añade Cohen, quien ayudó a diseñar el estudio publicado en 'Clinical Cancer Research'.