MADRID 4 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes con esclerosis múltiple que sufren recaídas y son tratados con fingolimod, comercializado por Novartis como 'Gilenya', aumenta la falta de evidencia de actividad de la enfermedad ya que tienen una menor tasa de atrofia cerebral, según los resultados de un estudio que van a presentar en la reunión Conjunta ACTRIMS-ECTRIMS que se va a celebrar en Boston (EE.UU).
El objetivo del tratamiento de esta patología es la falta de evidencia de actividad de la enfermedad o 'NEDA', que actualmente se define como falta de evidencia de recaídas, lesiones detectadas por resonancias magnéticas y progresión de la discapacidad.
Los nuevos datos reforzarán la relevancia clínica de la atrofia cerebral (pérdida de volumen cerebral) y resaltarán los beneficios de incluirla como cuarta medida clave a la hora de definir esta falta de evidencia de enfermedad. Además, otros análisis han demostrado que los pacientes tratados con 'Gilenya' fueron más propensos a alcanzar 'NEDA' basándose en la evaluación de estas cuatro medidas clave e incluyendo la atrofia cerebral relacionada con la enfermedad.
El cerebro siempre se atrofia con la edad, pero los enfermos de esclerosis múltiple experimentan la atrofia cerebral entre 3 y 5 veces más rápido. De hecho, comienza en una fase temprana de la enfermedad, incluso antes de que se manifiesten los síntomas, y está vinculada con la pérdida de funcionalidad física y cognitiva.
Sin embargo, los datos muestran que el uso de 'Gilenya' se asocia a una menor tasa de atrofia cerebral y que ésta es más sostenida en el tiempo.
"Los datos de ACTRIMS-ECTRIMS reforzarán el papel de la atrofia cerebral y su relación con la futura progresión de la discapacidad por EM a largo plazo", anunció Vasant Narasimhan, director internacional de Desarrollo de Novartis.