MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
El uso de antibióticos está asociado al aumento de la enfermedad inflamatoria intestinal en adultos, según una revisión de 2,3 millones de registros de pacientes en un estudio presentado durante la Semana de la Enfermedades Digestivas (Digestive Disease Week), celebrado en San Diego, California.
"En los adultos mayores, creemos que los factores ambientales son más importantes que la genética. Cuando observa a los pacientes más jóvenes con nuevos diagnósticos de enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, generalmente hay antecedentes familiares importantes. Pero ese no es el caso en los adultos mayores, por lo que realmente es algo en el entorno lo que lo desencadena", ha comentado el investigador principal del estudio, Adam Faye, de la Escuela Medicina Grossman de Nueva York.
Los investigadores han revisado los registros de prescripción de personas de 60 años o más a quienes se les había diagnosticado la enfermedad inflamatoria intestinal entre el 2000-2018. Así se ha encontrado que cualquier uso de antibióticos se ha asociado con tasas más altas de dicha enfermedad y el riesgo ha aumentado sustancialmente con cada tratamiento.
Los científicos señalan que, tras una receta, los pacientes tenían un 27 por cento más de probabilidades que aquellos que no usaban antibióticos de ser diagnosticados con enfermedad infalamtoria intestinal.
El riesgo aumentó en un 55 por ciento y con tres cursos aumentó en un 67 por ciento. Con cuatro cursos, el riesgo aumentó en un 96 por ciento; y con cinco o más, los adultos mayores tenían más de 2.3 veces, o un 236 por ciento, más probabilidades de recibir un nuevo diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal que aquellos que no habían recibido antibióticos en los cinco años anteriores.
Los nuevos diagnósticos fueron más altos cuando los antibióticos se recetaron uno o dos años antes pero el riesgo se mantuvo elevado para las recetas en el período de dos a cinco años antes del diagnóstico. La relación se encontró para todos los tipos de antibióticos, excepto la nitrofurantoína, que se prescribe comúnmente para las infecciones del tracto urinario.
Los antibióticos generalmente prescritos para las infecciones gastrointestinales fueron los más propensos a estar asociados con un nuevo diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal. Los investigadores omitieron recetas menos de un año antes del diagnóstico para reducir la posibilidad de que las recetas fueran por síntomas de una enfermedad gastrointestinal aún no diagnosticados.
"La administración de antibióticos es importante; pero evitar los antibióticos a toda costa tampoco es la respuesta correcta. Si no está seguro de lo que está tratando, sería cauteloso. Si los pacientes ingresan con infecciones claras y necesitan antibióticos, no se les debe negar debido a estos hallazgos", ha sentenciado Faye.