MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
El inicio de la terapia antirretroviral (ART, por sus siglas en inglés) poco después del diagnóstico de una infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) no impidió la progresión de la inflamación arterial significativa en un pequeño grupo de pacientes no tratados previamente.
Estos hallazgos de un equipo de investigación con sede en el Hospital General de Massachusetts Hospital (MGH, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, sugieren que el tratamiento antirretroviral por sí solo no es suficiente para reducir la inflamación arterial elevada que parece contribuir al aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular en individuos infectados por el VIH.
"Nuestros estudios previos han encontrado que la inflamación arterial persistente puede predisponer a las personas que viven con el VIH a desarrollar placas de alto riesgo en las arterias coronarias que son potencialmente más propensas a romperse y causar un ataque al corazón --dice la doctora Markella Zanni, del Programa de Metabolismo Nutricional en la Unidad Neuroendocrina de MGH--. Nuestros hallazgos sugieren que pueden ser necesarias otras estrategias orientadas a la reducción de la inflamación arterial en los pacientes infectados por el VIH que reciben tratamiento antirretroviral".
La evidencia de varios estudios sugiere que los pacientes infectados por el VIH tienen un mayor riesgo de ataque cardiaco y accidente cerebrovascular de entre el 50 y el 75 por ciento en comparación con los individuos no infectados, que tienen los mismos factores de riesgo tradicionales. Un estudio de 2012 dirigido por Steven Grinspoon, director del Programa de Metabolismo Nutricional y autor principal de este estudio, reveló niveles de inflamación en las aortas de los individuos infectados por el VIH que fueron comparables a los observados en pacientes con enfermedad cardiovascular establecida.
Los infectados por el VIH participantes en el estudio habían sido tratados con antirretrovíricos durante al menos tres meses cuando entraron en la investigación, pero no se sabía si la inflamación se había desarrollado antes o durante el tratamiento antirretroviral. Como ART reduce varias medidas de la activación del sistema inmune, el presente estudio fue diseñado para investigar si se podía suprimir o reducir la inflamación arterial.
DETECTAN AUMENTO DE LA INFLAMACIÓN DE LA AORTA
En el estudio, publicado en la revista 'JAMA Cardiology', participaron 12 hombres infectados por el VIH no tratados previamente, que estaban a punto de comenzar la ART con una combinación utilizada actualmente de cuatro medicamentos antivirales durante un promedio de 11 meses después del diagnóstico inicial.
Se reclutó a otro grupo de 12 participantes del grupo control no infectados de la misma edad para la comparación del sistema inmune y factores inflamatorios. Ninguno de los participantes tenían una historia previa de enfermedad arterial coronaria o patología autoinmune o inflamatoria distinta de la infección por VIH y ninguno presentaba importantes factores de riesgo cardiovascular.
Al inicio del estudio y seis meses más tarde, PET con un radiofármaco llamado FDG, que se acumula en sitios de inflamación, se tomaron imágenes de las aortas, los corazones, los ganglios linfáticos de la axila, el bazo y la médula ósea de los participantes infectados por el VIH. También se les hizo angiografía por tomografía computarizada para buscar las placas de las arterias coronarias y análisis de sangre para analizar los lípidos y los factores de los sistemas inmunológicos, junto con la carga viral del VIH.
Aunque ART suprimió la carga viral y elevó los niveles de las células T CD4 en los participantes infectados por el VIH, el 80 por ciento de los infectados desarrolló un aumento de la inflamación de la aorta durante el periodo de estudio de seis meses. Aunque la inflamación se redujo significativamente en los ganglios linfáticos y en cierto modo en el bazo, la inflamación arterial se había incrementado a niveles similares a los observados en el estudio anterior de los pacientes que ya están recibiendo tratamiento antirretroviral.
Al comienzo de la investigación actual, un cierto nivel de la placa de las arterias coronarias se vio en el 25 por ciento de los participantes infectados por el VIH, y seis meses más tarde esas placas habían aumentado. Además, encontraron que un participante más había desarrollado una nueva placa durante el periodo de estudio.