MADRID 17 May. (EUROPA PRESS) -
El catedrático de Farmacología Cecilio Álamo, profesor emérito de la Universidad de Alcalá, ha advertido de que las benzodiazepinas pueden provocar "una sedación diurna excesiva, agresividad y violencia paradójica, trastornos de la memoria, deterioro cognitivo, riesgo de demencia, tolerancia, dependencia, insomnio de rebote, ansiedad a la supresión, síndrome de retirada, incoordinación motora o caídas".
Así se ha pronunciado en el marco del XVI Congreso de la Asociación Española de Psiquiatría Privada, donde se ha dedicado un espacio a compartir las novedades en el abordaje del insomnio crónico, una enfermedad prevalente y persistente.
En esta línea, ha explicado que "con independencia del tipo de terapia utilizada en cada paciente, los objetivos del tratamiento del insomnio deben centrarse en mejorar, por un lado, la calidad y cantidad de sueño, y por otro, los síntomas diurnos asociados al mismo".
Según lo establecido por las guías europeas de práctica clínica para el tratamiento farmacológico del insomnio en adultos, lo recomendado a corto plazo --durante un período menor a 4 semanas-- son benzodiazepinas, otros hipnóticos no-benzodiazepínicos (denominados fármacos Z) y antidepresivos sedantes. Estos fármacos, si bien permiten la inducción al sueño, alteran su arquitectura, provocando en muchos casos tolerancia y dependencia.
Por otro lado, ha destacado que, con algunos hipnóticos, "los pacientes pueden dormir más rápido, durante más tiempo y con menos despertares, pero no pueden sentir ningún beneficio en la vida cotidiana".
Por ello, durante el congreso se ha abogado por daridorexant, el primer antagonista dual de los receptores de la orexina (DORA) aprobado en Europa, ya que supone una alternativa para tratar el insomnio crónico.
Los DORA permiten que el sueño ocurra de forma fisiológica, favoreciendo el descanso y disminuyendo los despertares anómalos. "Su perfil farmacocinético/farmacodinámico favorece un rápido inicio y mantenimiento del sueño durante la noche, sin efectos residuales relevantes a la mañana siguiente", ha detallado el neurofisiólogo clínico Javier Albares sobre daridorexant.
Los resultados en los estudios han demostrado que daridorexant se tolera bien en adultos tanto jóvenes como mayores; presenta una baja incidencia de somnolencia y caídas, no muestra evidencia de insomnio de rebote, síntomas de abstinencia tras suspender el tratamiento, ni evidencias de efectos adversos que sugieran potencial de abuso de fármacos.
INSOMNIO CRÓNICO
Los problemas que presentan los pacientes con insomnio crónico están relacionados con la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o la presencia de un despertar precoz aun teniendo las condiciones adecuadas para dormir.
Así, las personas que sufren insomnio no solo presentan dificultad para conciliar el sueño por la noche, sino también para desarrollar su vida de manera normal durante el día. De hecho, la presencia de impacto diurno es un requisito necesario para diagnosticar trastorno de insomnio crónico.
La falta de sueño durante el día se asocia a síntomas como somnolencia, pérdida del rendimiento o irritabilidad, que pueden acabar afectando al entorno social, laboral o educativo de aquellas personas que lo padecen.
DESPERTAR CUANDO TODOS DUERMEN: EL CICLO SUEÑO-VIGILIA
El ciclo sueño-vigilia está controlado por distintos sistemas de señalización en el sistema nervioso central. Uno de ellos es el sistema de las orexinas (ORX), considerado un sistema inductor de la vigilia.
En las personas que sufren insomnio crónico, los ciclos de sueño-vigilia están afectados, produciéndose un estado de hiperactivación cerebral. Durante el día, una concentración elevada de orexinas es necesaria para estabilizar la vigilia; durante la noche estos niveles descienden, permitiendo el sueño y reduciendo, por tanto, la vigilia.
En el caso de las personas que padecen insomnio, se produce una liberación sostenida de orexinas, que prolongaría la vigilia durante la noche, manteniendo a las personas en un estado de hipervigilancia.
En este sentido, Albares ha afirmado que "los pacientes con insomnio crónico muestran una tendencia a estado de vigilia hiperactiva durante el período de descanso, que produce un impacto considerable en el sueño nocturno y en la vida diurna". Cuando este estado se mantiene más de tres veces a la semana y excede los tres meses de duración, se considera insomnio crónico.
Los expertos señalan que es clave favorecer el adecuado funcionamiento del ciclo sueño-vigilia y reducir esa hiperexcitación o hipervigilancia durante la noche.