MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio publicado en la revista científica 'The BMJ' ha ofrecido un resumen actualizado de las pruebas sobre el riesgo de inflamación del corazón (miocarditis y pericarditis) tras la vacunación con ARNm contra la COVID-19.
La revisión de más de 8.000 casos notificados de 46 estudios realizados por investigadores de Canadá confirma los estudios anteriores de que la miocarditis es poco frecuente, pero los casos son más elevados entre los varones jóvenes poco después de una segunda dosis, y son probablemente más elevados tras la vacuna de ARNm de Moderna que tras la de Pfizer.
También muestra que, aunque los casos son predominantemente leves, el riesgo de miocarditis o pericarditis podría ser menor cuando la segunda dosis se administra más de 30 días después de la primera.
Sin embargo, los investigadores advierten que de, en general, las pruebas son de baja certeza y dicen que estos resultados deben considerarse junto con los beneficios generales de la vacunación.
La miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) y la pericarditis (inflamación del saco lleno de líquido que rodea el corazón) son afecciones raras pero graves, generalmente desencadenadas por una infección viral. Los informes sobre estas afecciones tras la vacunación con ARNm contra la COVID-19 han dado lugar a una vigilancia e investigación continuas.
Los resultados muestran que las tasas de miocarditis tras las vacunas de ARNm fueron más elevadas en los adolescentes y en los adultos jóvenes (50-139 casos por millón en los jóvenes de 12 a 17 años y 28-147 casos por millón en los jóvenes de 18 a 29 años).
Para las niñas y los niños de 5 a 11 años y las mujeres de 18 a 29 años, las tasas de miocarditis tras la vacunación con Pfizer podrían ser inferiores a 20 casos por millón.
En el caso de las personas de 18 a 29 años, la miocarditis es probablemente mayor tras la vacunación con Moderna que con Pfizer, y en el caso de las personas de 12 a 39 años, la miocarditis o pericarditis podría ser menor cuando la segunda dosis se administra más de 30 días después de la primera.
Los datos específicos de los varones de 18 a 29 años indican que podría ser necesario aumentar el intervalo de dosificación a más de 56 días para reducir sustancialmente las tasas de estas afecciones.
Por ello, los investigadores afirman que dar Pfizer más que Moderna y ampliar los intervalos de dosificación podría ser beneficioso para los más jóvenes.
Pero señalan que se desconoce en gran medida el curso clínico de la miocarditis en niños de 5 a 11 años, después de una tercera dosis, y para aquellos con miocarditis previa después de la vacunación con ARNm. Y aunque el curso a corto plazo ha demostrado ser bastante leve y autolimitado, dicen que se necesitan más datos para el pronóstico a largo plazo.