Medicamentos, fármacos
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Actualizado: sábado, 19 noviembre 2016 7:29

   MADRID, 19 Nov. (INFOSALUS) -

   La adherencia al tratamiento es clave para conseguir un buen control de cualquier enfermedad, ya sea crónica o no, y para ello es necesario que el paciente esté implicado con su manejo. No en vano, es el primer interesado en que la medicación funcione. Sin embargo, el control riguroso y la revisión de la medicación por parte del especialista tampoco ha de encontrar excusas.

   En enfermedades crónicas y severas las visitas regulares al especialista son de vital importancia para conseguir la curación o mejor calidad de vida del paciente, que en ocasiones son aprovechadas para revisar la posología de los tratamientos prescritos, según reconoce Francisco José Nicolas, especialista en Medicina Interna del Hospital Vithas Montserrat de Lleida.

"En muchos casos si se mantiene la dosis inicial el paciente puede sufrir algún trastorno o desarrollar una intolerancia a la medicación que provoque patología adicional", explica este experto, que por ello aconseja visitar periódicamente a los profesionales adecuados para asegurar la efectividad y resultados de los medicamentos.

LAS PATOLOGÍAS QUE MÁS HAY QUE REVISAR PERIÓDICAMENTE

   Con la ayuda del doctor Nicolás, en Infosalus te ofrecemos algunas de las patologías cuyos fármacos deben llevarse a revisión periódicamente por si es conveniente realizar alguna modificación:

- Diabetes: las personas que sufren un exceso de glucosa en sangre producido por la diabetes, además de recibir tratamientos de insulina para disminuir los niveles de glucosa, pueden necesitar otros medicamentos. Se debe comprobar que las pastillas o la insulina controlan bien el azúcar en sangre y no producen bajadas del mismo. No obstante, como puede ver alterado por factores externos y circunstanciales, los efectos de la medicación deberán ser controlados por los médicos.

   - Problemas de circulación: hace años se prescribían con cierta frecuencia los vasodilatadores pero actualmente los pacientes actualizan su medicación gracias a principios activos que "actúan de forma más eficaz", como los antiagregantes, según este experto. Lo conveniente en estos casos es revisar la medicación cada 3 meses.

   - Cardiopatías e insuficiencias cardiacas: Las insuficiencias cardiacas son objeto de revisiones periódicas normalmente cada 6 meses, en las que se controla la medicación que toma el paciente y "se puede incorporar una nueva medicación o cambiar la dosificación según los efectos observados".

- Depresión: cuando el psiquiatra considera necesaria la administración de fármacos para el control de la depresión, se establece un calendario de control para evaluar la progresión del paciente. Los antidepresivos están diseñados para mejorar los síntomas. Al mismo tiempo, los medicamentos para la depresión no se pueden dejar de tomar sin asesoramiento médico pese a experimentar mejorías en el estado anímico, y es importante abandonarlos de forma paulatina bajo la supervisión del experto.

   - La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC): es una de las enfermedades con más prevalencia en la actualidad y la causa principal en estos casos suele ser el tabaquismo. En este caso concreto no hay un solo medicamento que sirva para mejorar la enfermedad, sino la combinación de varios que atacan la patología desde diferentes ángulos para controlar los síntomas. Por ello, según Nicolás, el seguimiento es necesario para adaptar la medicación a los síntomas y evitar recaídas.

   - Asma: los medicamentos contra el asma generalmente se tienen que administrar todos los días para un buen control de la enfermedad. El papel del médico es esencial en la elaboración de un plan terapéutico con los medicamentos, dosis y momento del día en que se tienen que aplicar. En el control de los síntomas del asma los médicos combinan diferentes fármacos que atajan diferentes grupos de síntomas. Por lo general, es necesario un tiempo para comenzar a experimentar mejorías, pero serán los médicos quienes modifiquen las dosis y tomas según evolucione la afección pulmonar de sus pacientes.

   - Osteoporosis: otra de las patologías que podemos considerar crónicas. En líneas generales, supone la disminución de la masa ósea con el consiguiente debilitamiento de los huesos. "La medicación para tratar la osteoporosis ha avanzado mucho", reconoce este experto, que recuerda que la mayoría de los fármacos actuales se dirigen a mejorar la calidad del tejido óseo y evitar fracturas. En ese sentido, el especialista ha de revisar la medicación y el progreso del paciente periódicamente.

- Colesterol: para aquellas personas cuyo organismo es más vulnerable (avanzada edad, tabaquismo u obesidad) y presentan unos elevados niveles de colesterol, en función del grado de riesgo cardiovascular valorado por el médico, será necesario la incorporación a su rutina de fármacos para evitar los riesgos de cardiopatías o accidentes cerebrovasculares o ataques cardiacos. Las estatinas son, de momento, el medicamento más indicado para disminuir el LDL, conocido como el colesterol malo, y su consumo depende de la edad, los factores de riesgo y los niveles de lípidos de su organismo. Pero como los niveles de colesterol varían según hábitos de vida como la alimentación o la actividad física, los controles de sangre periódicos permiten a los doctores considerar la necesidad de continuar el tratamiento con estos medicamentos.

   - Dolor crónico: los analgésicos pueden producir efectos secundarios y desajustes del organismo según su consumo. Las revisiones y analíticas periódicas serán necesarias en personas que padezcan de dolor crónico para comprobar que estos fármacos no están haciendo daño a otras zonas u órganos de su cuerpo. Por ejemplo, el paracetamol y el ibuprofeno, dos de los componentes más comunes en los analgésicos, tienen entre sus efectos secundarios alteraciones gástricas. Actualmente es posible tratar el dolor crónico con infiltraciones o otras terapias que en manos de profesionales del dolor han demostrado una excelente tolerancia y eficacia.

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