MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Thomas Jefferson, en Estados Unidos, han descubierto por qué los esfuerzos convencionales para bloquear una pequeña cadena de ácido ribonucleico, llamado microARN, en células de cáncer de mama triple negativo han fracasado. En un estudio publicado este miércoles en la revista 'Plos One', esta nueva visión permite el diseño eficaz de bloqueadores de ARN contra microARNs previamente intratables.
"El cáncer de mama triple negativo es una de las formas más agresivas de tumores de mama y ha habido un montón de entusiasmo bloquear los microARNs que parecen hacer que este tipo de cáncer crezca más rápido y se resisten a los tratamientos convencionales --dice el autor principal, Eric Wickstrom, profesor en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Escuela de Medicina Sidney Kimmel de la Universidad Thomas Jefferson--. Sin embargo, el bloqueo de microARNs no se ha conseguido con gran éxito y este trabajo ofrece una explicación de por qué".
"El cáncer de mama triple negativo ataca a las mujeres más jóvenes, trágicamente matándolas en tan sólo dos años", añade el primer autor Yuan-Yuan Jin, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular. "Sólo la quimioterapia y la radiación son terapias aprobadas para el cáncer de mama triple negativo. Queremos tratar un objetivo genético que mantenga a los pacientes vivos con una buena calidad de vida", apostilla.
Los investigadores se dirigieron a un microARN llamado miR-17 que es conocido por estimular el crecimiento del cáncer de mama triple negativo al interferir con los genes que normalmente indican a una célula enferma o cancerosa que muera. En concreto, el miR-17 bloquea los genes supresores de tumores PDCD4 y PTEN.
Sin embargo, cuando Jin intentó disminuir los niveles de miR-17 en células de cáncer triple negativo, en lugar de aumentar los niveles de los genes supresores de tumores, como esperaban, vieron una disminución aún mayor en estos genes que cuando se dejó miR-17 sin tocar. El dogma actual en el campo indica que los microARNs, que son de doble cadena, sólo silencian los genes usando una de sus dos hebras y que la otra hebra, llamada hebra pasajera, es desechada y degradada por la célula.
Aunque ha habido algunos casos de ambas cadenas que suprimen activamente genes diana, los investigadores suelen utilizar un método para silenciar microARNs que implica inundar la célula con secuencias de ARN modificadas que imitan la hebra pasajera y se unen al micro-ARN de una sola hebra antes de que alcance su objetivo.
Cuando Jin empleó este método para bloquear el miR-17, vio más silenciamiento de los genes PDCD4 y PTEN, no menos. El autor principal se dio cuenta de que ambas cadenas de miR-17 estaban activas en la supresión de genes PDCD4 y PTEN en células de cáncer de mama triple negativo. Jade Andrade, entonces estudiante en Haverford College, en Estados Unidos, ve una explicación estructural para el éxito de las hebras pasajeras de microARN en la modulación de la actividad genética.
"En lugar de bloquear miR-17, involuntariamente potenciamos sus niveles y, por lo tanto, impulsamos el potencial cancerígeno de la célula", dice Jin. Los resultados experimentales abren una vía para diseñar bloqueadores específicos de una hebra de microARN sin imitar la hebra opuesta. "Ahora, estamos probando nuevos diseños de posibles bolqueadores de miR-17 gracias a estos resultados", adelanta Wickstrom, quien también es investigador en el Centro de Cáncer Sidney Kimmel de la Universidad Thomas Jefferson.