MADRID, 15 Oct. (EDIZIONES) -
Uno de los principales motivos de las caídas en las personas mayores son los efectos secundarios que producen ciertos tratamientos farmacológicos, no tanto por las pérdidas de equilibrio, sino por la debilidad muscular que crean, por el exceso de relajación, o por las caídas de tensión, por ejemplo.
Algunos medicamentos, a través de diferentes mecanismos, por ejemplo, pueden afectar al riego cerebral, a la capacidad de respuesta psicomotriz de la persona, de forma que se manifiesta no siempre como desequilibrio sino como una incapacidad para responder con la debida eficacia en situaciones en las que paciente pierde la referencia espacial.
Así lo explica a Infosalus Santiago Cuéllar, doctor en farmacia y responsable de Acción Profesional del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, quien añade que a veces determinados movimientos bruscos hacen sobre todo que las personas mayores se desorienten y pierdan la referencia. "Algunas roturas de cadera son muchas veces provocadas por caídas debidas a esa pérdida de equilibrio, a esos mareos momentáneos, a veces provocados por el tratamiento farmacológico", indica.
En este sentido, el especialista señala que muchísimos medicamentos que afectan al sistema nervioso central plantean más posibilidades a la hora de que tengan lugar esos pequeños efectos sobre la visión, como una miopía, o que se desdoble la imagen, dando lugar a esos molestos vahídos.
También cita a algunos antidepresivos, o fármacos contra la incontinencia urinaria, además de algunos antihistamínicos antiguos, que pueden provocar también algún vahído momentáneo, en el que se pierde la referencia espacial y la persona se siente extraña por unos segundos.
El experto del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos recuerda a su vez que algunas veces se pueden tener destellos por la toma de determinados medicamentos como los antiepilépticos, y se puede experimentar una sensación de desequilibrio.
Igualmente, hace referencia a la somnolencia que pueden generar muchos ansiolíticos o hipnóticos para mejorar el sueño, una somnolencia residual que hace que los músculos estén más relajados y la capacidad psicomotriz esté más mermada, por lo que puede aparecer ese desequilibrio en la persona.
"Son muchísimos medicamentos, como antihipertensivos, sobretodo al principio del tratamiento, que pueden provocar una hipotensión ortostática con los cambios bruscos de posición, con el pasar de estar sentado a levantarse, o al girar la cabeza rápidamente. Esto puede provocar que el paciente se quede obnubilado y que en un momento determinado pueda perder el equilibrio y caerse. Hay una amplísima variedad de medicamentos que pueden afectar tanto al equilibrio como a la capacidad psicomotriz de la persona, de forma que se dificulte la capacidad del cuerpo para adaptarse a ello y responder", indica.
SÍNTOMAS MÁS COMUNES EN LOS MÁS MAYORES
A su vez, señala que todos estos síntomas suelen ser más comunes en las personas mayores. Según explica, normalmente en muchos casos el sistema nervioso central tiene lo que se conoce como la 'barrera hematoencefálica', que permite frenar la entrada de sustancias al cerebro al sistema nervioso central.
"En las personas mayores esa barrera poco a poco se borra y hace que entren sustancias más que en un adulto o un niño, aparte que las personas mayores tienen menos masa muscular y su respuesta psicomotriz es más lenta. Todo esto favorece también las caídas, con consecuencias lamentables. Esto se añade a la densidad ósea reducida y hace que las fracturas de huesos a esta edad sean muy frecuentes, y muy particularmente de cadera", apunta Cuéllar.
El miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ve conveniente en estos casos consultar al médico y al farmacéutico cuando se prescribe una medicación que 'no funciona', particularmente en el caso de los más mayores, y sobre todo cuando haya antecedente de caídas o haya sentido cierto mareo o vahído tras tomarlo.