MADRID, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Tubinga, en Alemania, en colaboración con la empresa de biotecnología Sanaria Inc, han demostrado en un ensayo clínico que una nueva vacuna para la malaria ha sido hasta el cien por cien eficaz cuando se evaluó a las diez semanas después de la última dosis de vacuna.
Para el ensayo, el profesor Peter Kremsner y el doctor Benjamin Mordmüller, del Instituto de Medicina Tropical y el Centro Alemán de Investigación sobre Infecciones (DZIF, por sus siglas en inglés), usaron parásitos de la malaria proporcionados por Sanaria.
La vacuna -llamada 'Sanaria PfSPZ-CVac'-- incorporó patógenos de la malaria completamente viables, no debilitados o inactivados de otro modo, junto con la medicación para combatirlos, como se explica en un artículo sobre estos ensayos clínicos publicado en 'Nature'.
Los parásitos de la malaria son transmitidos por la picadura de los mosquitos hembra 'Anopheles'. El parásito 'Plasmodium falciparum' es responsable de la mayoría de las infecciones por paludismo y casi todas las muertes causadas por la enfermedad en todo el mundo. La mayoría de las vacunas anteriores que se han probado implicaba el uso de moléculas individuales encontradas en el patógeno, pero no pudieron proporcionar suficiente inmunidad a la enfermedad.
El estudio de Tubinga incluyó a 67 personas adultas sanas, ninguna de las cuales había tenido previamente malaria. La mejor respuesta inmune se demostró en un grupo de nueve personas que recibió la dosis más alta de la vacuna tres veces a intervalos de cuatro semanas. Al final del ensayo, los nueve individuos tenían un cien por cien de protección contra la enfermedad.
"Esa protección probablemente fue causada por linfocitos T específicos y respuestas de anticuerpos a los parásitos en el hígado", explica el profesor Kremsner. Los investigadores analizaron las reacciones inmunitarias de los cuerpos e identificaron patrones proteicos que permitirán mejorar aún más las vacunas contra la malaria, según Kremsner.
UNA FUERTE RESPUESTA INMUNE Y DURADERA
Los autores del ensayo inyectaron parásitos de la malaria en vivo a los sujetos de la prueba, al mismo tiempo que previnieron el desarrollo de la enfermedad mediante la adición de cloroquina, que se ha utilizado para tratar la malaria durante muchos años. Esto permitió a los investigadores explotar el comportamiento de los parásitos y las propiedades de la cloroquina.
Una vez que la persona está infectada, el parásito de 'Plasmodium falciparum' migra al hígado para reproducirse y durante su periodo de incubación allí, el sistema inmune humano puede responder; pero en esta etapa, el patógeno no hace que la persona enferme. Además de eso, la cloroquina no tiene efectos en el hígado, por lo que es incapaz de evitar que el parásito se reproduzca.
El paludismo sólo brota cuando el patógeno sale del hígado, se mete en el torrente sanguíneo y entra en los glóbulos rojos, donde continúa reproduciéndose y propagándose. Sin embargo, en cuanto el patógeno entra en el torrente sanguíneo, la cloroquina puede matarlo y la enfermedad no brota.
"Al vacunar con un patógeno vivo y totalmente activo, parece claro que hemos sido capaces de establecer una respuesta inmune muy fuerte -afirma el líder del estudio Benjamin Mordmueller--. Además, todos los datos que tenemos hasta ahora indican que lo que tenemos aquí es relativamente estable y ofrece una protección duradera".
En el grupo de personas de prueba que demostraron protección al cien por cien después de recibir dosis alta en tres ocasiones, Mordmueller dijo que la protección era fiable incluso después de diez semanas y permaneció medible por más tiempo. Además, la nueva vacuna no mostró efectos adversos en las personas sometidas a prueba.
El siguiente paso es probar la eficacia de la vacuna durante varios años en un estudio clínico en Gabón financiado por DZIF. La malaria es una de las mayores amenazas para la salud de la nación africana y la Universidad de Tubinga ha trabajado durante muchos años con el Hospital Albert Schweitzer en la ciudad gabonesa de Lambaréné y con el instituto de investigación vecino, el Centro de Investigaciones Médicas de Lambaréné.
La malaria es una de las enfermedades infecciosas más mortíferas en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud informa que unos 214 millones de personas se infectaron con malaria sólo en el año 2015 y aproximadamente 438.000 murieron de la enfermedad. Alrededor del 90 por ciento de esas muertes por malaria se produjeron en África y casi tres cuartas partes de los que sucumben a la enfermedad son niños menores de 5 años.
Se lleva buscando una vacuna exitosa contra la malaria durante más de un siglo. Una vacuna eficaz facilitaría el control de la malaria y se podrían llevar a cabo campañas de vacunación en zonas gravemente afectadas para eliminar el patógeno. Esta vacuna también podría ayudar a detener la propagación de la resistencia al tratamiento y a proteger mejor a los viajeros.