MADRID, 4 Feb. (EDIZIONES) -
Por desgracia el cáncer es una enfermedad muy conocida para la población, gran parte tiene un familiar, un amigo o un contacto cercano que se ha visto afectado por la enfermedad. En 2018 se diagnosticaron más de 270.000 nuevos casos de cáncer en España, un dato que aumenta del mismo modo que aumenta cada año la supervivencia.
Enfrentarse a la enfermedad de alguien querido no es fácil. Muchas veces, ante la desesperación, tendemos a agarrarnos a un clavo ardiendo y, sin ningún tipo de evidencia médica ni recomendación por parte de un médico oncólogo, recurrimos a productos que se venden por Internet, o bien en tiendas sin crédito ni confianza, que aseguran ayudar a tratar el cáncer, cuando no a curarlo.
Se trata de "remedios o tratamientos falsos" contra el cáncer, según advierte la Administración de Alimentos y Medicamentos norteamericana (FDA, por sus siglas en inglés), ofertados por alguna empresa o persona, y de diferentes formas, tales como pastillas, cápsulas, polvos, cremas, tés o infusiones, aceites y kits de tratamiento.
"Con frecuencia están anunciados como tratamientos naturales, y a menudo están falsamente etiquetados como suplementos alimenticios. Tales productos pueden parecen inofensivos, pero pueden causar daño al postergar o interferir con los tratamientos beneficiosos comprobados. También pueden contener ingredientes peligrosos", avisa con mitivo del Día Mundial contra el Cáncer.
En una entrevista con Infosalus, el doctor Enrique Grande, jefe del servicio de Oncología Médica de MD Anderson Madrid, indica por su parte que sospechar de ellos es sencillo, ya que se trata de anuncios que nos aparecen a través de Internet o de las redes sociales, o incluso de productos que, en ocasiones, se venden de manera regular en algunos establecimientos.
"Esta enfermedad se cura por cirugía, radioterapia y quimioterapia, así como por inmunoterapia oncológica. El simple hecho de prometer o inducir a pensar que un determinado producto puede curar el cáncer ya debe hacer sospechar de que sus expectativas son erróneas. Pueden provocar también adicción al paciente, son fáciles de tomar, se trata muchas veces de un par de pastillas al día, por ejemplo, o simplemente se intentan confundir con medicamentos auténticos", relata el oncólogo.
Así, lamenta la oferta de estos productos, muchas veces de la mano de personas que quieren aprovecharse de las necesidades de los demás. "La investigación en cáncer es muy seria. Se trata de una enfermedad que afecta a gran cantidad de personas y, desafortunadamente, no se logra la curación en gran parte de los casos, aunque mucho se está avanzando. Cuando una persona se encuentra en la necesidad se puede agarrar a un clavo ardiendo y confiar en quien no debe. Aquí entran las pseudoterapias, artículos que ofrecen unas expectativas fuera de lo racional, de lo real a la hora de cómo manejar o tratar a un paciente con cáncer en este caso", subraya.
COMPROMETEN LA ELIMINACIÓN DE FÁRMACOS
"En el mejor de los casos", el doctor Grande afirma que los pseudoproductos que aseguran curar el cáncer lo que hacen es no hacer daño, si bien alerta de que, por lo general, incluso siendo el producto ofertado inocuo, sin aparentes efectos adversos, pueden estar comprometiendo también el metabolismo de los fármacos, el cómo se eliminan del cuerpo.
Todos los fármacos, incluidos los prescritos por el oncólogo especialista, van a necesitar eliminarse del cuerpo. Para ello, Grande explica que éste se sirve del hígado y del riñón. Así, al introducir los productos pseudoterápicos, que se eliminan del cuerpo por la misma vía, se ponen a competir por cuál se elimina antes, si los productos contra el cáncer auténticos y de rigor científico o los pseudoterápicos.
Con ello, el jefe del servicio de Oncología Médica de MD Anderson Madrid sostiene que también se pueden aumentar los efectos adversos de los medicamentos quimioterápicos o de aquellos agentes prescritos por el oncólogo contra el cáncer, o bien que su eficacia sea menor.
HUIR DE FALSAS EXPECTATIVAS
Por ello, destaca la importancia de huir de estas falsas expectativas de curación frente al cáncer, frente a los numerosos peligros que puede suponer su consumo para la salud, siendo el único argumento que hay detrás de ellos el comercial, y no el interés real de curar una enfermedad tan grave. Aquí resalta que cada vez se tienen "más y mejores fármacos" con los que luchar contra esta enfermedad cuando ha dado metástasis, desde la quimioterapia, hasta los tratamientos hormonales, así como la inmunoterapia oncológica.
"No hay que tener duda sobre los fármacos hospitalarios contra el cáncer que han sido prescritos por los oncólogos en la consulta del hospital. Hay que confiar en ellos por su seguridad o frente a posibles interacciones con otros fármacos. Ese médico especialista ha tenido en cuenta esas posibles interferencias. Productos obtenidos fuera del hospital y sin el control directo del profesional sanitario es de donde hay que sospechar", insiste el doctor Grande.
En este sentido, recuerda que todos los fármacos que son prescritos por el oncólogo especialista cuentan con la aprobación de la Agencia norteamericana del medicamento, así como de la europea y de la española, además de haber superado numerosos controles científicos, y d contar con todas las garantías desde el punto de vista del rigor científico y de seguridad para el paciente. "No hay que abandonarse en manos de aquellas personas que se aprovechan de las desgracias de otras", lamenta el experto de MD Anderson Madrid.
Finalmente, Grande recalca que es lícito querer contar siempre con una segunda opinión en Oncología. "Es habitual y exigible, por muy buen centro que sea. No hay que avergonzarse por consultar siempre una segunda opinión, pero ésta siempre debe enmarcarse dentro del ámbito académico, investigador y hospitalario", sentencia el jefe del servicio de Oncología Médica de MD Anderson Madrid.