MADRID 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un consorcio liderado por la compañía OneChain Immunotherapeutics (OCI) ha recibido 1,3 millones de euros del Ministerio de Ciencia e Innovación para llevar a fase clínica una innovadora terapia que podría tratar hasta un 80 por ciento de los pacientes de leucemia linfoblástica aguda tipo T (T-ALL), una patología poco frecuente que afecta a niños (60%) y adultos y que cuenta con escasas opciones terapéuticas.
El proyecto, que tendrá una duración de tres años, contará con la participación del Instituto Josep Carreras y del Banco de sangre y tejidos (Banc de Sang i Teixits). El tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda tipo T, una de las formas más agresivas de leucemia, ha dependido históricamente de la quimioterapia intensiva. Sin embargo, a pesar de la mejora en las tasas de supervivencia, esta terapia conlleva efectos devastadores para los pacientes.
Además, un porcentaje significativo de los mismos no responden al tratamiento. "Para los pacientes que han experimentado una recaída, encontrar tratamientos efectivos es particularmente difícil. Nuestra terapia representa una esperanza para estos pacientes", ha explicado el director de investigación de la empresa, Víctor M. Díaz.
El enfoque de OCI se basa en la tecnología CAR-T, un tipo de inmunoterapia que consiste en extraer células inmunitarias del propio paciente para modificarlas en el laboratorio y aumentar su capacidad de reconocer y atacar a las células cancerosas. Una estrategia que ya ha mostrado resultados prometedores en otras formas de leucemia y linfomas. "Nuestra intención es madurar esta terapia en los tres años que dura el proyecto para lanzar un primer ensayo clínico en humanos", ha añadido Díaz.
ATACAR UNA MISMA CÉLULA POR DISTINTOS SITIOS
La terapia desarrollada por OCI atacará simultáneamente dos dianas presentes en las células cancerosas, haciéndola más efectiva y ampliando el número de pacientes que podrán ser tratados. La terapia CAR-T todavía no es una opción consolidada frente a las leucemias de células T, como la T-ALL, ya que las células T tumorales y las células T sanas presentan las mismas moléculas en su superficie.
Como consecuencia, las CAR-T dirigidas a las T-ALL destruyen ambos tipos de células, provocando una inmunodepresión grave en los pacientes. OCI ya ha desarrollado una CAR-T dirigido a la proteína CD1a, una diana segura y sin apenas presencia en tejidos sanos. Sin embargo, esta molécula está presente solo en el 30-40 por ciento de los pacientes de T-ALL.
"La primera terapia CAR-T que desarrollamos, dirigida al antígeno CD1a, ya se encuentra en ensayos clínicos, demostrando su seguridad y eficacia para un grupo específico de pacientes", ha indicado Díaz, que ha añadido que "incorporando una segunda diana a nuestra estrategia, no solo aumentamos el porcentaje de pacientes que podríamos tratar, hasta un 80 por ciento, sino que también fortalecemos la efectividad de la terapia", concluye.