MADRID 3 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, ha comprobado que un nuevo fármaco, probado de momento en modelos animales de ictus, podría ayudar a reparar los daños causados por los accidentes cerebrovasculares, según publican sus autores en la revista 'Cell Reports'.
En la actualidad, no hay ningún fármaco aprobado para reparar los daños causados por un ictus. Ahora, el estudio ha descubierto que un fármaco denominado NVG-291-R permite la reparación del sistema nervioso y una importante recuperación funcional en un modelo animal de ictus isquémico grave. La supresión genética de la diana molecular del fármaco también muestra un efecto similar en las células madre neurales.
"Estamos muy entusiasmados con los datos que muestran una mejora significativa de la función motora, la función sensorial, el aprendizaje espacial y la memoria", explica la doctora Agnes (Yu) Luo, profesora asociada del Departamento de Genética Molecular y Bioquímica de la Facultad de Medicina de la UC y autora principal del estudio.
Luo afirma que el fármaco supondría un "avance sustancial" si los primeros resultados se trasladan al ámbito clínico, si bien serán necesarios más estudios y la validación de los resultados por parte de grupos independientes para determinar si el fármaco es igualmente eficaz para reparar los daños de los accidentes cerebrovasculares isquémicos en pacientes humanos.
Además, resaltan que se necesitarán estudios adicionales para investigar si el NVG-291-R repara eficazmente el daño causado por los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos tanto en modelos animales como en pacientes humanos.
"La mayoría de las terapias que se investigan hoy en día se centran principalmente en reducir los daños tempranos del ictus --explica Luo--. Sin embargo, nuestro grupo se ha centrado en la neurorreparación como alternativa y ahora ha demostrado que el tratamiento con NVG-291-R no sólo da lugar a una neuroprotección para reducir la muerte neuronal, sino también a sólidos efectos neurorreparadores".
El estudio también descubrió que el fármaco era eficaz incluso cuando el tratamiento se iniciaba hasta siete días después del inicio del ictus.
"El único fármaco actual aprobado por la FDA para el tratamiento del ictus no repara el daño y debe administrarse en las 4,5 horas siguientes al inicio del ictus --apunta Luo--. La mayoría de las terapias que se investigan deben aplicarse en las 24-48 horas siguientes al inicio del ictus. Un producto que funcione para reparar los daños del ictus incluso una semana después de la aparición de los síntomas cambiaría el paradigma del tratamiento del ictus".
El doctor Jerry Silver, coautor del estudio y profesor de neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve (CWRU), resalta que el estudio demostró que el fármaco reparaba el daño a través de al menos dos vías: creando nuevas conexiones neuronales y potenciando la migración de las neuronas recién nacidas derivadas de células madre neuronales al lugar del daño.
"La capacidad del NVG-291-R para mejorar la plasticidad se demostró mediante técnicas de tinción que mostraban claramente un aumento del brote axonal hacia la parte dañada del cerebro --subraya Silver--. Esta mejora de la plasticidad es una excelente validación de los mismos mecanismos potentes que nosotros y otros investigadores pudimos demostrar utilizando NVG-291-R en la lesión de la médula espinal".
NervGen Pharma Corp. tiene los derechos mundiales exclusivos del NVG-291, y el fármaco también se está probando actualmente en un ensayo clínico de fase 1 en humanos sanos. NervGen tiene previsto iniciar ensayos de seguridad y eficacia en pacientes con lesión medular, enfermedad de Alzheimer y esclerosis múltiple en 2022 y 2023.