MADRID 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
En los casos en que las terapias estándar fracasan, un medicamento llamado XEN1101 reduce la frecuencia de las convulsiones en más del 50% en algunos pacientes con epilepsia y a veces las elimina por completo, según muestra un nuevo estudio publicado en la revista 'JAMA Neurology'.
A diferencia de otros tratamientos que deben iniciarse a dosis bajas y aumentarse lentamente, el nuevo fármaco puede tomarse con seguridad a su dosis más eficaz desde el principio, afirman los autores.
Las crisis epilépticas focales, el tipo más común de epilepsia, se producen cuando las células nerviosas de una región concreta del cerebro emiten una ráfaga repentina y excesiva de señales eléctricas. Además de las crisis, esta actividad incontrolada puede provocar comportamientos anormales, periodos de pérdida de conciencia y cambios de humor.
Aunque muchas de las terapias disponibles controlan o reducen las crisis, no consiguen detenerlas en aproximadamente un tercio de los pacientes y pueden causar efectos secundarios graves, según los expertos.
En un nuevo ensayo clínico dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) se observó que los pacientes que añadieron XEN1101 a sus tratamientos anticonvulsivos actuales experimentaron un descenso de entre el 33% y el 53% de las crisis mensuales, dependiendo de la dosis.
En cambio, los que recibieron un placebo tuvieron de media un 18% menos de crisis durante la fase de tratamiento del ensayo, que duró ocho semanas. La mayoría de los pacientes se ofrecieron voluntarios para prolongar el ensayo: alrededor del 18% de los tratados con el nuevo fármaco seguían sin sufrir crisis al cabo de seis meses y alrededor del 11% no sufrían crisis al cabo de un año o más.
"Nuestros resultados demuestran que XEN1101 puede ofrecer una forma rápida, segura y eficaz de tratar la epilepsia focal --afirma la autora principal del estudio, la neuróloga Jacqueline French--. Estos prometedores resultados ofrecen esperanza a quienes han luchado durante décadas para controlar sus síntomas".
French, profesora del Departamento de Neurología de NYU Langone Health, señala que XEN1101 fue bien tolerado por los participantes en el estudio, que informaron de efectos secundarios similares a los de otros tratamientos anticonvulsivos, como mareos, náuseas y fatiga, y la mayoría se sintió lo suficientemente bien como para continuar con el régimen.
Otra ventaja del fármaco, añade, es que tarda más de una semana en descomponerse, por lo que los niveles en el cerebro se mantienen constantes a lo largo del tiempo. Esta constancia permite iniciar el tratamiento con toda su potencia y ayuda a evitar los picos drásticos que empeoran los efectos secundarios y los descensos que permiten que vuelvan las convulsiones.
Este prolongado tiempo de descomposición también permite un "periodo de gracia" si se omite accidentalmente una dosis o se toma tarde.
El XEN1101 pertenece a una clase de sustancias químicas denominadas abridores de los canales de potasio, que evitan las convulsiones al aumentar el flujo de potasio fuera de los nervios, impidiendo que se activen.
French añade que, aunque en el pasado se han estudiado otros fármacos de este tipo para pacientes epilépticos, estos tratamientos se dejaron de utilizar porque se descubrió que los compuestos se acumulaban gradualmente en la piel y los ojos, lo que suscitaba problemas de seguridad, según los investigadores.
Mientras tanto, XEN1101 combina la eficacia de los abridores de los canales de potasio con la seguridad de fármacos más tradicionales, afirma French, que también es miembro del Centro Integral de Epilepsia de NYU Langone.
Para el estudio, que incluyó a 285 hombres y mujeres con epilepsia y se extendió desde enero de 2019 hasta septiembre de 2021, el equipo de investigación reclutó adultos con epilepsia que ya habían probado y dejado de tomar un promedio de seis medicamentos que no lograron tratar sus convulsiones focales.
Los pacientes en el ensayo tenían que haber experimentado al menos cuatro episodios al mes a pesar del tratamiento en curso para calificar. Los pacientes recibieron aleatoriamente una cápsula oral diaria de XEN1101 (en dosis de 10 miligramos, 20 miligramos o 25 miligramos) o un comprimido de placebo inerte que parecía idéntico al fármaco real.
Entre los resultados, el ensayo no reveló signos de efectos secundarios peligrosos, como problemas cardiacos, reacciones alérgicas o decoloraciones cutáneas preocupantes. Sin embargo, French afirma que el equipo de investigación tiene previsto ampliar el número de pacientes expuestos al fármaco y vigilar los posibles problemas que pudieran surgir a largo plazo, o incluir a grupos específicos de personas, como las mujeres embarazadas.
Además, el equipo también pretende explorar el XEN1101 para otros tipos de convulsiones, incluidas las que afectan ampliamente al cerebro al mismo tiempo (convulsiones generalizadas).
"Nuestro estudio pone de relieve la importancia de encontrar tantas opciones terapéuticas como sea posible para quienes sufren convulsiones --afirma French--. Dado que cada persona responde de forma diferente, el tratamiento de la epilepsia no puede ser un enfoque único".
La financiación del estudio corrió a cargo de Xenon Pharmaceuticals Inc, empresa biotecnológica con sede en Vancouver (Canadá) que desarrolla terapias para trastornos neurológicos como la epilepsia y el trastorno depresivo mayor, y fabricante de XEN1101.