MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
Experimentos en ratones han demostrado un éxito temprano al vacunarlos contra infecciones bacterianas potencialmente mortales, como el estafilococo aureus resistente a la meticilina o MRSA, la cepa resistente a la mayoría de los tratamientos farmacológicos, según publican en el 'Journal of Experimental Medicine'.
La nueva estrategia de vacunación, desarrollada por investigadores de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, se dirige a las moléculas tóxicas liberadas por todas las bacterias estafilocócicas, llamadas leucocidinas, en lugar de atacar directamente a las bacterias.
Los intentos de desarrollar una vacuna estafilocócica han fallado hasta ahora, recuerdan los investigadores, en parte porque las leucocidinas matan las células del sistema inmunitario, o leucocitos, que el sistema inmunitario necesita para combatir la infección y cuya producción es provocada por una vacuna.
Como consecuencia, estas bacterias liberan leucocidinas para evadir no solo un ataque inmediato de las células inmunes, sino también para evitar que el huésped infectado, ya sea humano o de ratón, desarrolle inmunidad a largo plazo a través de anticuerpos, que también son producidos por los leucocitos.
Ahora, el nuevo estudio encuentra que el 70 por ciento de los ratones que recibieron la vacuna experimental dirigida a las leucocidinas sobrevivieron a las infecciones con la bacteria. Por el contrario, ningún ratón infectado sobrevivió sin la vacuna.
El trabajo previo del mismo equipo de investigación descubrió que los ratones podían sobrevivir a la infección por bacterias estafilocócicas cuyas leucocidinas habían sido modificadas genéticamente para perder sus efectos tóxicos. Estas leucocidinas no tóxicas formaron la base de la vacuna experimental.
"Nuestro estudio proporciona una hoja de ruta para desarrollar una vacuna eficaz contra todas las infecciones por estafilococos, especialmente MRSA --dice el investigador principal del estudio, Victor J. Torres, profesor de microbiología de CV Starr en NYU Langone--. Esta estrategia se basa en el desarme máximo de la capacidad de la bacteria para matar todo tipo de células del sistema inmunitario".
"Al dirigirse a las toxinas liberadas por las bacterias, nuestra vacuna experimental no solo impide que las bacterias maten a los neutrófilos, un tipo clave de leucocitos que el sistema inmunitario usa para destruir el patógeno invasor, sino que también defiende otros leucocitos, como las células T y las células B, necesitaba proporcionar protección a largo plazo contra futuras infecciones", añade.
Entre los resultados clave del estudio se encontraba que los ratones infectados repetidamente con bacterias estafilocócicas liberadoras de toxinas demostraron una respuesta inmune a la infección, produciendo anticuerpos contra las bacterias y sus leucocidinas.
Sin embargo, los ratones infectados con bacterias diseñadas para no producir las toxinas tenían el doble de anticuerpos contra las bacterias, lo que muestra una respuesta inmune mucho más fuerte cuando las toxinas estaban ausentes.
Esta respuesta inmune aumentada es lo que los investigadores dicen que los llevó a apuntar a las leucocidinas como el mejor medio posible para dar a los infectados la "ventaja" en la lucha contra la bacteria. Torres advierte de que una vacuna antileucocidina disponible en el mercado está a años de distancia.
El siguiente paso para su equipo son los ensayos clínicos para investigar si los humanos vacunados contra las toxinas muestran una respuesta inmune específica de toxina similar a la observada en los ratones.
El investigador dice que los investigadores también quieren averiguar si se producen los mismos efectos antitoxinos para cualquiera de los cientos de otras moléculas liberadas durante las infecciones por estafilococos. Según señala, una vacuna "infalible" contra la bacteria, incluido el MRSA, probablemente involucrará un objetivo más que sus toxinas de leucocidina.