MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los antidepresivos se encuentran entre los tratamientos más utilizados para trastornos como la depresión o la ansiedad, pero sus efectos físicos no son iguales para todos los pacientes. Un gran estudio internacional ha analizado cómo distintos fármacos de esta familia pueden influir en aspectos corporales como el peso, la presión arterial o la frecuencia cardíaca, subrayando la importancia de personalizar la elección del tratamiento.
UN ANÁLISIS COMPARATIVO SIN PRECEDENTES
Los antidepresivos pueden diferir ampliamente en cómo afectan físicamente al cuerpo, según un estudio internacional colaborativo, en el que destacan centros como el King's College de Londres, la Universidad de Oxford (Reino Unido), la Universidad de Bari (Italia), la Universidad de Berna (Suiza) o la Universidad de Kyoto (Japón).
Estas variaciones incluyen una diferencia de alrededor de 4 kg en el cambio de peso entre ciertos medicamentos (aproximadamente 2,5 kg de pérdida de peso con agomelatina y 2 kg de aumento de peso con maprotilina), confirma una revisión sistemática y un metaanálisis publicados en 'The Lancet'.
Los autores enfatizan que estos hallazgos no deben disuadir a las personas de tomar antidepresivos, que siguen siendo tratamientos vitales y efectivos para las afecciones de salud mental. En cambio, dicen que los resultados resaltan la importancia de adaptar el tratamiento a cada individuo, teniendo en cuenta su salud y preferencias personales.
EFECTOS EN LA PRESIÓN ARTERIAL Y LA FRECUENCIA CARDÍACA
Esta revisión sistemática a gran escala y metaanálisis en red combinaron los resultados de 151 ensayos clínicos y 17 informes de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) que involucraron a más de 58.000 participantes para evaluar el efecto de 30 antidepresivos diferentes en el cuerpo durante un promedio de ocho semanas de tratamiento.
El estudio encontró que los antidepresivos también difieren en sus efectos sobre la frecuencia cardíaca, con una diferencia de más de 20 latidos por minuto en la frecuencia cardíaca (aproximadamente una disminución de ocho BPM para la fluvoxamina y un aumento de 14 BPM para la nortriptilina); y la presión arterial, con una diferencia de más de 10 mmHg de variación en la presión arterial (aproximadamente una disminución de siete mmHg para la nortriptilina y un aumento de cinco mmHg para la doxepina).
El estudio estima que algunos antidepresivos (p. ej., maprotilina y amitriptilina) se asociaron con el aumento de peso en casi la mitad de las personas a las que se los recetaron, mientras que otros antidepresivos (agomelatina) se asociaron con la pérdida de peso en el 55% de los pacientes. La mayoría de los antidepresivos no mostraron efectos importantes en la función renal o hepática, los niveles de electrolitos o el ritmo cardíaco.
Los autores también señalan que no se sabe si los efectos físicos inducidos por los antidepresivos persisten o cambian con el tiempo, y se necesita más investigación para comprender cómo los antidepresivos afectan al cuerpo durante períodos de tiempo más largos.
Preguntas abiertas para futuras investigaciones
Los autores afirman que sus resultados sugieren que las pautas de tratamiento deberían actualizarse para reflejar los diferentes efectos secundarios físicos de los antidepresivos, y que las decisiones sobre qué fármaco usar siempre deben tomarlas el médico y el paciente de forma individual.
También señalan que otros efectos de los antidepresivos no se incluyeron en su estudio, como los cambios sexuales o emocionales y las diferencias en la eficacia de los fármacos, y que estos también deberían considerarse junto con estos resultados.