MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha reclamado al Ministerio de Sanidad que la financiación pública o un visado que contemple diferentes situaciones clínicas para poder administrar los nuevos anticoagulantes a pacientes con tromboembolismo pulmonar, ya que se ahorrarían recursos económicos mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Actualmente, recuerdan, España es el único país de Europa que no financia dichos fármacos. Así, los pacientes que optan por esta opción de tratamiento deben pagarlo de su bolsillo (aproximadamente
85 euros al mes). "Estos medicamentos tienen la bondad de que se administran por vía oral, son igual de eficaces que el 'Sintrom', tienen la ventaja de que no requieren controles ajustar las dosis y son más seguros que el 'Sintrom' y la 'Warfarina', ya que producen menos hemorragias", señala el doctor Luis Jara Palomares, neumólogo y miembro de SEPAR.
El experto, que ha intervenido en e 52 Congreso SEPAR 2019, celebrado en Santiago de Compostela (A Coruña), ha añadido que, además de sus beneficios clínicos en estos afectados, estos nuevos medicamentos tienen como ventajas su menor precio, ya que cuestan menos que las heparinas (aproximadamente 300 euros), y tienen también la ventaja de su administración oral, frente a las heparinas que se inyectan por vía subcutánea.
La enfermedad tromboembólica venosa es la tercera causa cardiovascular de morbilidad y mortalidad, en el caso de los pacientes oncológicos, es la segunda causa de muerte. Para que se produzca, se requiere un daño e inflamación de los vasos sanguíneos a raíz de la cual se forman trombos. Cuando uno de estos coágulos que se forman en las piernas, se desprende y circula a través del torrente sanguíneo hasta los pulmones, la persona afectada sufre un tromboembolismo de pulmón o TEP.
Cada vez hay más evidencia de su uso en el paciente con cáncer, incluido el cáncer de pulmón, ya que el paciente oncológico tiene más riesgo de sufrir estos episodios potencialmente mortales y constituyen una buena alternativa terapéutica a otros tratamientos que reciben ahora, como son las heparinas de bajo peso molecular.
ACTUALES TRATAMIENTOS
Existen tratamientos para prevenir el TEP. En pacientes hospitalizados se administra profilaxis antitrombótica con heparina, así como en los pacientes que deben estar encamados o inmovilizados por causas distintas (tras una cirugía o por una fractura, esguince de tobillo u otras) y en los pacientes oncológicos -especialmente en los que tienen más riesgo al estar hospitalizados- también se administra heparina a dosis profilácticas.
Una vez que ya se ha producido el TEP, se pueden administrar tres tipos de tratamientos. El primer tipo lo constituyen los antagonistas de la vitamina K (conocido como 'Sintrom' o 'Warfarina') que se toma por vía oral y que son muy seguros y eficaces, pero tienen el inconveniente de que requieren controles periódicos para ajustar las dosis, que se realizan en los centros de atención primaria al menos una vez al mes.
En el paciente oncológico, hasta hace poco, el tratamiento de elección era la heparina de bajo peso molecular que se inyectan por vía subcutánea. "Son eficaces y seguras pero tienen el inconveniente de que no todos los pacientes lo toleran de forma adecuada y debemos plantear alternativas a largo plazo (cuando el paciente lleva inyectándose diariamente durante meses o años)", advierten.
Y, en tercer lugar, los anticoagulantes orales de acción directa, que están demandado a Sanidad. Una petición que no es nueva, ya que SEPAR junto con otras sociedades (Sociedad Española de Medicina
Interna, Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, y la Sociedad Española de Emergencias Sanitarias) ya redactó un escrito en el año 2015 al Ministerio de Sanidad para pedir la financiación pública para estos medicamentos, buscando indicaciones concretas que impliquen
mejorar la atención del paciente así como un ahorro del gasto sanitario.