MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
El uso de metadona y buprenorfina como tratamiento de una sobredosis de opioides reduce el riesgo de muerte, según una investigación cofinanciada por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) y el Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Translacionales, ambas de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Además de confirmar su efectividad, la investigación, que ha sido publicada en 'Annals of Internal Medicine', muestra que están siendo poco utilizados estos tratamientos. Los autores no pudieron sacar conclusiones sobre el impacto de la naltrexona debido al pequeño tamaño de la muestra, y señalaron que se necesita trabajo adicional con muestras más grandes.
La buprenorfina, la metadona y la naltrexona son tres medicamentos aprobados por la Agencia Norteamericana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) que se usan para tratar el trastorno por consumo de opioides (OUD).
Los autores del estudio analizaron datos de 17.568 adultos en Massachusetts que sobrevivieron a una sobredosis de opiáceos entre 2012 y 2014. Comparado con aquellos que no reciben tratamiento asistido por medicamentos, las muertes por sobredosis de opiáceos disminuyeron en un 59 por ciento para aquellos que recibieron metadona y en 38 por ciento para quienes recibieron buprenorfina. período de seguimiento.
A pesar de la evidencia convincente de que el tratamiento asistido con medicamentos puede ayudar a muchas personas a recuperarse de la adicción a los opiáceos, estos medicamentos siguen siendo muy poco utilizados. El estudio también encontró que en el primer año después de una sobredosis, a menos de un tercio de los pacientes se les proporcionó algún medicamento para OUD, incluida la metadona (11 por ciento); buprenorfina (17 por ciento); y naltrexona (6 por ciento), y el 5 por ciento recibió más de un medicamento.
"Gran parte de la tragedia de esta crisis de opiáceos es que, a diferencia de las crisis anteriores que Estados Unidos ha visto, ahora poseemos estrategias de tratamiento efectivas que podrían abordarlo y salvar muchas vidas, sin embargo, decenas de miles de personas mueren cada año porque no han recibido estos tratamientos", explica la doctora Nora Volkow, directora de NIDA.
En su opinión, "poner fin a la crisis requerirá cambiar las políticas para hacer más accesibles estos medicamentos y educar a los proveedores de atención primaria y de emergencia, entre otros, que los opiáceos la adicción es una enfermedad médica que debe ser tratada agresivamente con las herramientas efectivas que están disponibles".
Otro dato alarmante fue que, a pesar de haber tenido una sobredosis de opiáceos, al 34 por ciento de las personas que experimentaron una sobredosis posteriormente se les recetaron una o más recetas de analgésicos opiáceos durante los siguientes 12 meses, y al 26 por ciento se les recetaron benzodiazepinas.
"La sobredosis de opiáceos no mortales es una oportunidad perdida para involucrar a las personas en alto riesgo de muerte. Necesitamos comprender mejor las barreras al acceso al tratamiento e implementar políticas y practicar reformas para mejorar el compromiso y la retención en el tratamiento efectivo", ha explicado Marc Larochelle, MD, investigador principal del Centro Médico Grayken Center for Addiction del Boston Medical Center y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.
Los autores concluyen que una sobredosis de opiáceos no mortales tratada en el departamento de emergencia es un momento crítico para identificar a las personas consumidoras y una oportunidad de ofrecerles a los pacientes acceso a invenciones de tratamiento, proporcionar vínculos con la atención después de su alta y mejorar la retención del tratamiento.