MADRID 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un análisis reciente vincula ciertos medicamentos comúnmente usados para tratar la acidez estomacal, el reflujo ácido y las úlceras con el desarrollo de enfermedad renal. Sus hallazgos se presentan en la Semana del Riñón que se celebra en Nueva Orleans, Estados Unidos, hasta este domingo, gracias a la organización de la Sociedad Americana de Nefrología.
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), que reducen la producción de ácido gástrico, son uno de los medicamentos recetados con más frecuencia en todo el mundo. Estudios recientes han generado inquietudes sobre un posible aumento del riesgo de problemas renales entre los usuarios de PPI, pero los resultados de esos estudios fueron inconsistentes.
Para investigar, Charat Thongprayoon, del Centro Médico Bassett, en Nueva York, Estados Unidos, y sus colegas realizaron un análisis de estudios publicados que informaron del riesgo de enfermedad renal crónica o insuficiencia renal entre los usuarios de PPI en comparación con los no usuarios.
Cinco estudios con 536.902 participantes cumplieron los criterios de elegibilidad y se incluyeron en el metanálisis. Las personas que usaron IBP tuvieron un 33 por ciento de aumento del riesgo relativo de insuficiencia renal crónica o insuficiencia renal cuando se compararon con las que no lo hicieron.
"Este estudio demuestra una asociación significativa entre el uso de IBP y un mayor riesgo de enfermedad renal crónica e insuficiencia renal --dice Thongprayoon--. Aunque no se ha demostrado una relación causal, los proveedores deben considerar si la terapia con IBP está indicada para los pacientes. El uso crónico de IBP debe evitarse si no está realmente indicado".