MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
Diuréticos, antibióticos, antiácidos, antihipertensivos, corticoides o antidepresivos, son algunos de los fármacos que afectan al balance hídrico del organismo, según ha informado el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, con motivo del lanzamiento, a través de la Vocalía Nacional de Alimentación, de la 'Campaña sobre una correcta hidratación en verano desde las farmacias comunitarias'.
"Es importante concienciar a la población no sólo sobre cómo hidratarse bien, sino también sobre la correcta utilización de ciertos medicamentos, que los hay y que pueden afectar a su nivel de hidratación, aumentando tanto el riesgo de deshidratación como el agotamiento por calor", ha dicho el vocal nacional de Alimentación del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Aquilino Garcia.
Precisamente, el organismo ha publicado un 'Manual de Hidratación desde la Farmacia Comunitaria', en el que, además de explicar las principales pautas generales de hidratación, se informa que el estado de hidratación de una persona puede afectar a la farmacocinética y farmacodinamia de determinados medicamentos.
En concreto, tal y como ha explicado la organización, la actividad farmacológica de los diuréticos produce un aumento de la producción y eliminación de orina, por tanto, pueden originar deshidratación u otras alteraciones electrolíticas que afectan al estado de hidratación.
Asimismo, es importante tener precaución con los laxantes, especialmente aquellos que incluyen sales de magnesio en su composición o los que producen diarrea osmótica; al igual que con los antibióticos, ya que son los responsables del 25 por ciento de los casos de diarrea inducida por medicamentos, sobretodo aquellos de amplio espectro y en personas mayores.
Los antiácidos que sales de magnesio en su composición son otros de los grupos de medicamentos sobre los que los farmacéuticos han llamado la atención debido a los efectos laxantes de dichas sales; así como a los antihipertensivos y, concretamente, a los IECA y ARA II porque pueden afectar a la percepción de la sed por lo que su inhibición está asociada a una disminución de la ingesta de líquidos y del volumen de orina. Además, los betabloqueantes pueden alterar el flujo sanguíneo a nivel dérmico y la temperatura corporal, reduciendo la disipación de calor y afectando a la termorregulación.
La digoxina puede producir diarrea, sobre todo en personas mayores en los que la función renal está afectada dado que este medicamento se elimina por vía renal; mientras que los corticoides inducen diuresis potente en personas con insuficiencia cardiaca, aumentan la filtración glomerular y promueven la pérdida de sodio y potasio a través de la orina por lo que pacientes tratados con corticoides, especialmente por vía oral o parenteral, tienen mayor riesgo de deshidratación.
Al mismo tiempo, los antidepresivos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) reducen la capacidad de excretar agua y una disminución de la sensación de sed, la fluoxetina además puede reducir el apetito. En este sentido, los farmacéuticos han informado de que la clomipramina, duloxetina venlafaxina y mirtazapina también reducen la sensación de sed.
Finalmente, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha avisado de que la diarrea es un efecto adverso muy común (afecta a entre el 50 y el 80%) de los pacientes oncológicos tratados con quimioterapia.