MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -
El bioquímico y profesor emérito de la Universidad de Maastricht (Países Bajos), Coen Hemker, ha destacado la necesidad de administrar de forma personalizada el tratamiento con heparina, el medicamento "más usado" en la prevención y abordaje de la trombosis, para mejorar "aún más" su eficacia y seguridad.
Y es que, a pesar de que la heparina es uno de los medicamentos calificados como esenciales por la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque salva cada año más de 100 millones de vidas, recientes estudios han demostrado que no existe una respuesta estándar al mismo y que, por tanto, es necesario adaptar este tratamiento en cada paciente para mejorar "aún más" su eficacia y seguridad.
"Hemos podido confirmar, mediante el análisis del plasma, que hay individuos en los que la heparina apenas tiene efecto y otros que tienen una respuesta excesiva a ella. Esta variación en la respuesta a la heparina se debe a que existe una variación en la cantidad de trombina que genera cada individuo", ha explicado Hemker, durante una conferencia celebrada en el Congreso de la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH, en inglés), que tiene lugar en Montpellier (Francia) con motivo de la celebración del Centenario de su Descubrimiento.
ES UN FÁRMACO "DE FUTURO"
La trombina es una proteína de la sangre que, por una parte, activa las células que forman los trombos (plaquetas) y, por otra, hace que se coagule el plasma, por lo que es un factor determinante en el equilibrio trombosis-hemorragia. De hecho, se ha demostrado que, a más producción de trombina, más riesgo de trombosis.
Por ello, el experto ha insistido en la importancia de administrar las dosis de este fármaco de forma personalizada. "La heparina es un medicamento centenario con una sólida base científica y altamente contrastado en eficacia y seguridad. Pero si se personalizara su administración en función de la trombina generada por cada paciente, se mejoraría aún más su efecto y perfil de seguridad", ha explicado.
Dicho esto, Hemker ha recordado que existen "muy pocos medicamentos" descubiertos hace cien años que todavía se usan de forma generalizada en la práctica clínica y que, además, sean un fármaco de futuro. Y es que, tal y como ha asegurado, aparte de su actividad anticoagulante, se están investigando nuevas aplicaciones en enfermedades que cursan con un componente inflamatorio "importante".