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MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los medicamentos antinflamatorios no esteroideos (AINE) que bloquean una enzima llamada COX-2 alivian el dolor y la inflamación pero pueden causar ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca e, incluso, muerte cardiaca súbita. Esto ha llevado a una búsqueda durante diez años de otras alternativas más seguras pero también eficaces a estos medicamentos comúnmente prescritos para aliviar el dolor.
A partir de un trabajo previo que mostró que la supresión de una enzima en la vía de COX-2 en un modelo de ratón de la enfermedad cardiaca redujo el desarrollo de la aterosclerosis, un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina Perelman en la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, ha ampliado esta observación aclarando que la consecuencia de la supresión de las enzimas mPEGS-1 difiere, dependiendo del tipo de célula en la que se elimina.
En un informe publicado esta semana en la edición digital de 'Proceedings of the National Academy of Sciences', estos expertos encontraron que la supresión de mPEGS-1 en macrófagos ralentiza notablemente la velocidad a la que las arterias se endurecen en ratones con altos niveles de colesterol, lo que resulta en una reducción en el daño oxidativo causado a la pared del vaso debido por un cambio en los genes expresados a causa de la supresión de PGE2, una grasa cardioprotectora.
Por el contrario, la supresión de mPGES-1 en las células vasculares no tuvo ningún efecto, según las conclusiones de este trabajo, realizado por Lihong Chen, becario postdoctoral en el laboratorio del autor principal, Garret FitzGerald, director del Instituto de Medicina Traslacional y Terapéutica. Chen y FitzGerald están trabajando en formas de administrar inhibidores de mPGES- 1 de forma selectiva a los macrófagos, las células del sistema inmunológico que viven principalmente en el tejido conectivo y el hueso e ingieren partículas extrañas y microbios infecciosos.
"Aunque la eliminación o la inhibición de COX-2 en ratones eleva la presión arterial y los predispone a la coagulación y el endurecimiento de las arterias debido a la supresión del lípido cardioprotector prostaciclina, eliminar mPGES- 1 evita estos efectos e, incluso, frena el desarrollo de la aterosclerosis", explica FitzGerald. "En conjunto, estos estudios añaden más evidencia a que la orientación de la enzima mPGES-1 podría dar lugar a una nueva clase de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos que mantengan alejado de riesgo de enfermedades cardiacas e, incluso, trabajen para reducirlo", agrega Chen.
En estudios anteriores, Chen mostró un efecto beneficioso similar de dirigirse a los macrófagos limitando la respuesta de la lesión vascular por la proliferación celular no deseada, igual que podría producir la angioplastia en los seres humanos. "Ambos grupos de estudios ofrecen una justificación para la inhibición selectiva de mPGES-1 en los macrófagos para beneficio cardiovascular", dice FitzGerald.
"Lo que es emocionante --dice Chen-- es la posibilidad de conservar el beneficio de los AINE mientras se sustituye el riesgo cardiovascular por beneficio". En un estudio de 2006, el laboratorio de FitzGerald descubrió que la supresión de mPGES-1 no eleva la presión arterial o predispone a la trombosis en ratones, probablemente evitando la supresión de la prostaciclina. En la ausencia de la enzima, los vasos enfermos eran pobres en macrófagos, lo que produjo predominancia de las células del músculo liso vascular en las paredes de los vasos sanguíneos.