MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los venenos de animales son el objeto de un estudio realizado en el Instituto Butantan en So Paulo (Brasil). Pero en este caso, la idea no es encontrar antídotos, sino usar las propiedades de los propios venenos para identificar los objetivos moleculares de las enfermedades y, con ese conocimiento, desarrollar nuevos compuestos que puedan usarse como medicamentos.
El enfoque del trabajo son las enfermedades inmunoinflamatorias como la osteoartritis y la artritis reumatoide, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas, explica una de las investigadoras, Ana Marisa Chudzinski-Tavassi, del Center of Excellence in New Target Discovery (CENTD, por sus siglas en inglés).
Además de los venenos, también están estudiando las toxinas aisladas de los venenos y las secreciones de los animales, de la biodiversidad brasileña y de otros países para identificar y validar los objetivos terapéuticos que conducen al desarrollo de nuevos medicamentos.
Para ello, han establecido un biobanco (un banco de muestras biológicas, una colección de venenos, fracciones aisladas, proteínas recombinantes y péptidos sintéticos) para el mantenimiento, control y manejo de muestras utilizadas en cada estudio. Además, están utilizando vías de señalización para encontrar nuevos objetivos moleculares en el desarrollo de medicamentos innovadores.
Después de la identificación de un nuevo objetivo potencial, se requiere una validación posterior. Para esto, el CENTD utiliza metodologías avanzadas de biología molecular como el sistema CRISPR/Cas9 para la desactivación de genes y la activación de la expresión, en animales knockout así como en pruebas in vitro e in vivo. Hasta la fecha, se han analizado 23 venenos completos en busca de efectos proinflamatorios en los modelos de seis células que se han establecido y estandarizado.
"En esta selección, se designaron tres venenos completos para estudios posteriores. Los mismos modelos celulares se estandarizaron para analizar las propiedades antiinflamatorias o citoprotectoras y, en este caso, además de dos venenos completos, se obtuvieron ocho péptidos sintéticos basados en secuencias de aminoácidos de la proteína del veneno, y dos proteínas recombinantes", detalla Chudzinski-Tavassi.
En vista de los efectos antiinflamatorios y citoprotectores que se muestran claramente en los diferentes tipos de células relacionados con las enfermedades artríticas, creen varios de los péptidos que tienen en su biblioteca de compuestos se podrán utilizar como herramientas para el estudio de los objetivos de las enfermedades degenerativas.