VALÈNCIA, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
Expertos investigan nuevas terapias dopaminérgicas y no dopaminérgicas, así como tratamientos restauradores de la pérdida neuronal para pacientes con Parkinson.
Así lo ha indicado la doctora Caridad Valero, neuróloga del Hospital Arnau de Vilanova de València, en el marco de la XXXV Reunión de la Sociedad Valenciana de Neurología (SVN), que se celebra en el Colegio de Médicos de València.
La experta ha explicado que el Parkinson es una enfermedad crónica, degenerativa y progresiva del cerebro, perteneciente al grupo de trastornos del movimiento que afecta fundamentalmente a las neuronas dopaminérgicas, que están implicadas en el movimiento.
Actualmente, ha afirmado la doctora, sigue sin existir una medicación curativa para esta patología, "si bien existen tratamientos muy efectivos para aliviar los síntomas y mantener la calidad de vida del paciente durante largo tiempo".
De este modo, ha explicado que la terapia fundamental se basa en reemplazar la dopamina y que el fármaco fundamental es la levodopa, que se administra por vía oral para transformarse en dopamina en el cerebro.
La especialista ha comentado que en los últimos años han surgido nuevos fármacos que permiten que la dopamina que se administra dure más en el cerebro y se degrade menos, con el objetivo de imitar lo mejor posible la liberación de dopamina de un cerebro sano.
OTRAS TERAPIAS
Cuando fracasa la terapia oral, existen las llamadas terapias avanzadas como la cirugía o la administración de dopamina por otras vías a través de dispositivos. "Ninguna de estas terapias es curativa, pero sí han demostrado ser muy efectivas en el control de los síntomas motores, si bien estos tratamientos no son aplicables a todos los pacientes", ha advertido.
El Parkinson afecta aproximadamente al 1-1,5% de la población mayor de 60 años y a un 5% de las personas mayores de 85 años. Según datos de la Asociación de Parkinson de Valencia, en la Comunitat Valencia hay alrededor de 11.000 personas diagnosticadas.
ABORDAJE MULTIDISCIPLINAR
Ante estas cifras, las facultativa ha defendido que, como en toda enfermedad crónica causante de una discapacidad, es fundamental el abordaje multidisciplinar en el que se implica a múltiples profesionales para garantizar una asistencia integral.
Valero también considera la educación y el apoyo del paciente y sus familiares en la repercusión familiar, laboral y social. "En este sentido, las asociaciones de pacientes juegan un papel muy importante por lo que es fundamental el apoyo institucional de las mismas", ha afirmado.
La doctora ha agregado que la enfermedad es la principal causa de síndrome parkinsoniano, entidad caracterizada por bradicinesia (lentitud de movimiento) como síntoma fundamental asociado a rigidez (resistencia involuntaria al movimiento pasivo) y/o temblor de reposo (cuando el paciente está con la extremidad en reposo y no cuando realiza acciones).
Aproximadamente entre un 20 y un 30% de los pacientes con Parkinson no tienen temblor, ha aclarado la especialista, que ha agregado que los síntomas afectan más a un lado del cuerpo que al otro. Así, pueden asociarse otros síntomas de carácter no motor como depresión, demencia, dolor, problemas de sueño y pérdida de olfato.