MADRID, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU) sugiere que un medicamento experimental bloquea la comunicación neuronal anormal después de la lesión de la médula espinal, lo podría algún día ser la clave para mejorar la calidad de vida al mejorar la función de la vejiga.
Los investigadores probaron el medicamento, que actualmente está disponible solo para estudios clínicos, para medir su potencial para mejorar la función de la vejiga después de la lesión de la médula espinal en ratones y obtuvieron resultados prometedores.
El estudio, que se ha sido publicado en 'The Journal of Clinical Investigation', muestra que el fármaco experimental (LM11A-31) parece ayudar bloqueando la actividad dual del factor de crecimiento pro-nervio (proNGF) y un receptor llamado p75. Se sabe que ProNGF se secreta de la célula después de una lesión nerviosa.
Después de un mes de tratamiento tras la lesión de la médula espinal, el volumen de la vejiga de los ratones disminuyó significativamente a un nivel cercano a lo normal, ha señalado el investigador principal Sung Ok Yoon, profesor asociado de química biológica y farmacología en el estado de Ohio.
El experto recuerda que, en los seres humanos, las lesiones de la médula espinal cortan la comunicación entre la vejiga y el cerebro, lo que lleva a la pérdida de la capacidad normal de orinar a voluntad. "Esto conduce a un sobrellenado de la vejiga, que causa una gran presión y un aumento de la vejiga debido al engrosamiento de las paredes musculares de la vejiga. Y esto puede causar que la orina regrese al riñón, lo que puede conducir a una infección y enfermedad de los riñones", explica.
Las personas con lesión de la médula espinal generalmente dependen de un catéter para orinar. "No hay medicamentos aprobados para tratar la disfunción de la vejiga causada por lesiones de la médula espinal, algo que es una gran preocupación y disminuye la calidad de vida de estos pacientes", añade.
Según los resultados del estudio, señala, "este medicamento parece ayudar a mantener una presión vejiga casi normal y una expulsión menos inesperada de la orina en los ratones". No obstante, no es una cura ya que este fármaco no restablece la comunicación normal entre la vejiga y el cerebro.
Sin embargo, con base en el estudio con ratones, es probable que los pacientes experimenten un volumen reducido de vejiga, lo que reduciría el riesgo de infección de la vejiga y el reflujo al riñón, y menos incontinencia. "Se espera que la estructura y la integridad de la comunicación neuronal en la vejiga también mejoren, contribuyendo a la salud general de la vejiga", añade.
Yoon y sus colaboradores también confirmaron, mediante muestras de dos pacientes con lesiones recientes de la médula espinal, la presencia de proNGF en la orina en cuestión de horas después de la lesión. La orina de personas sanas no contiene el factor de crecimiento. El investigador explica que dado que el fármaco contrarresta la acción de proNGF, estos hallazgos podrían extenderse potencialmente a más investigaciones sobre otros tipos de disfunción de la vejiga, además de la lesión de la médula espinal.