MADRID 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de investigadores del Brigham and Women's Hospital, miembro fundador del sistema sanitario Mass General Brigham, en Estados Unidos, ha arrojado nueva luz sobre las mejores estrategias que los hospitales pueden utilizar para la conciliación de la medicación, la fundamental y compleja tarea de actualizar y verificar las listas y órdenes de medicación de un paciente, independientemente de dónde se encuentre en el sistema sanitario.
El estudio, publicado en la revista 'BMJ Quality and Safety', es un nuevo análisis de los datos del segundo Estudio Multicéntrico de Mejora de la Calidad de la Conciliación de la Medicación (MARQUIS2).
"Hemos descubierto que realizar una historia de medicación 'lo mejor posible' mientras el paciente se encuentra todavía en el servicio de urgencias es mucho más eficaz que realizarla más tarde, cuando el paciente ya ha ingresado en el hospital", explica el autor correspondiente, Jeffrey L. Schnipper, Director de Investigación de la División de Medicina Interna General y Atención Primaria del Brigham, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de Harvard e investigador principal del estudio MARQUIS2.
"Estas conclusiones proporcionan orientaciones específicas que los hospitales y los sistemas sanitarios pueden utilizar para mejorar la seguridad de la medicación y proteger a los pacientes de las discrepancias", destaca.
Si bien las historias clínicas electrónicas han mejorado muchos aspectos de la medicina, la existencia de múltiples historias clínicas electrónicas de distintos proveedores de atención sanitaria introduce retos para los hospitales a la hora de establecer el historial de medicación completo y preciso de un paciente.
La conciliación de la medicación es especialmente difícil durante las transiciones asistenciales, incluidos el ingreso y el alta hospitalaria. Y aunque no todas las discrepancias de medicación causan daños, los pacientes médicos experimentan, de media, al menos una discrepancia de medicación potencialmente perjudicial por hospitalización.
"Esta es una de esas áreas en las que la gente asume que los hospitales siempre lo hacen correctamente, pero en realidad es bastante difícil en la práctica --añade Schnipper--. El paciente medio que llega a un hospital tiene varios médicos, está tomando varios medicamentos diferentes y puede no estar tomando sistemáticamente lo que le han recetado".
Mejorar la seguridad de la medicación es uno de los Objetivos Nacionales de Seguridad del Paciente de la Comisión Conjunta desde 2005, pero la conciliación de la medicación ha demostrado ser un reto para los hospitales, en gran parte debido a factores como la limitación de recursos y la dificultad para implantar flujos de trabajo complejos. "Aquí estamos casi 20 años después, y todavía no lo hemos resuelto del todo", lamenta Schnipper.
El estudio MARQUIS2 se llevó a cabo en 18 hospitales distintos de Norteamérica durante 18 meses, y proporcionó un conjunto de herramientas y una aplicación tutelada para mejorar los procedimientos de conciliación de la medicación.
El trabajo reveló que, por término medio, las discrepancias en la medicación disminuyeron en un 5% al mes, y en casi dos tercios en total, cuando se aplicó el conjunto de herramientas. En su nuevo informe, los investigadores analizan más a fondo los resultados para determinar qué intervenciones específicas fueron más eficaces.
Descubrieron que las intervenciones más eficaces consistían en elaborar un historial completo de la medicación antes del ingreso hospitalario, mientras los pacientes aún estaban en el servicio de urgencias, y conciliar la medicación al alta comparando los regímenes antes del ingreso, durante la hospitalización y en las órdenes de alta.
"Tenemos que conseguir que los hospitales se centren en elaborar el mejor historial de medicación posible en el servicio de urgencias y, además, realizar una buena conciliación de la medicación al alta, especialmente en el caso de los pacientes de mayor riesgo --afirma Schnipper--. Apoyar esos dos esfuerzos contribuiría en gran medida a mejorar la seguridad de los pacientes".
Aunque el estudio MARQUIS2 ha ayudado a iniciar el proceso, los investigadores reconocen que se necesitará más investigación para abordar plenamente las complejas cuestiones que afectan a la seguridad de la medicación.
"Lo que hemos hecho hasta ahora se aplica a los hospitales, donde sabemos que la gente toma muchos medicamentos, pero hay otros entornos asistenciales donde se producen discrepancias en la medicación --añade Schnipper--. Algunos de nuestros próximos pasos son estudiar los entornos ambulatorios, como las consultas médicas, así como las transiciones dobles, en las que un paciente pasa un tiempo en otro centro, como rehabilitación, antes de volver a casa".
A corto plazo, los investigadores han puesto a disposición de los hospitales el conjunto de herramientas MARQUIS2 sin coste alguno y les asesoran para guiarles en el proceso de implantación. "Queremos ampliarlo todo lo posible al mayor número de hospitales que estén preparados --anuncia Schnipper--. Ahí es donde podemos conseguir el mayor impacto".