MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Basilea y el Hospital Universitario de Basilea (Suiza) han demostrado que una proteína de fusión puede bloquear la señal de "no atacar" utilizada por las células cancerosas y activar selectivamente las células inmunitarias que combaten los tumores. En concreto, esta molécula recientemente desarrollada combina dos potentes estrategias de inmunoterapia en un solo tratamiento.
Así, esta doble acción podría allanar el camino para terapias contra el cáncer más eficaces y con menos efectos secundarios. Los resultados se recogen en 'Science Translational Medicine'.
A principios de la década de 1980, a Linda Taylor, con tan solo 33 años, le diagnosticaron cáncer de piel avanzado y se enfrentó a un pronóstico desalentador. Afortunadamente, conoció al doctor Stephen Rosenberg, del Instituto Nacional del Cáncer en Bethesda (Estados Unidos), quien la trató con un enfoque experimental que aprovecha el propio sistema inmunitario del cuerpo para combatir la enfermedad. En 1984, Taylor se convirtió en la primera paciente en curarse mediante inmunoterapia, un caso pionero que cambió para siempre el panorama del tratamiento del cáncer.
Esta terapia pionera se basó en la interleucina-2 (IL-2), una molécula señalizadora que activa muchos tipos de células inmunitarias para atacar tumores. Posteriormente, la IL-2 se convirtió en la primera inmunoterapia aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). Sin embargo, si bien es eficaz, la terapia con IL-2 suele causar efectos secundarios graves y también puede estimular las células T reguladoras, que inhiben la respuesta inmunitaria en lugar de potenciarla.
Para superar estas limitaciones, los científicos han desarrollado recientemente variantes mejoradas de IL-2, diseñadas para atacar específicamente a las células inmunitarias que destruyen tumores. La nueva proteína de fusión, desarrollada por la farmacéutica Roche, va un paso más allá al combinar una variante de IL-2 (IL-2v) con un anticuerpo que se une a PD-1, un receptor presente en grandes cantidades en las células inmunitarias de los tumores.
En este nuevo trabajo, un equipo de investigación dirigido por el profesor Alfred Zippelius, del Departamento de Biomedicina, informa resultados prometedores con esta proteína de fusión utilizando células cancerosas e inmunitarias de pacientes con cáncer de pulmón. Los investigadores demostraron que la molécula activó selectivamente células inmunitarias aisladas de tumores de pacientes que atacan y destruyen directamente las células cancerosas, sin activar los linfocitos T reguladores supresores. Cabe destacar que también reactivó células inmunitarias agotadas que habían quedado inactivas por la estimulación crónica en el entorno tumoral.
La fusión de los dos componentes, los anticuerpos PD-1 y la IL-2v, ofrece dos ventajas: el anticuerpo dirige la IL-2v directamente al tumor, donde activa las células inmunitarias con mayor capacidad para destruir las células cancerosas. Al mismo tiempo, el anticuerpo bloquea la vía PD-1, que los tumores utilizan para suprimir el ataque inmunitario, liberando eficazmente los frenos del sistema inmunitario y permitiéndole responder con mayor agresividad.
"El tumor normalmente restringe el sistema inmunitario, pero la molécula de fusión supera esta inhibición y activa además las células inmunitarias", resumen los autores.
Los hallazgos del equipo proporcionan información crucial sobre el funcionamiento de esta innovadora terapia y podrían ayudar a orientar futuros perfeccionamientos. La proteína de fusión se está evaluando actualmente en un ensayo clínico de fase I en curso dirigido por Roche.