MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los autoinyectores de adrenalina (AIA) tienen que ser incluidos por parte del Ministerio de Sanidad entre los tratamientos de aportación reducida y garantizar que su suministro sea "estable y seguro", según han comentado en un manifiesto la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA).
Las sociedades científicas han asegurado que es "imprescindible" por parte del Ministerio de Sanidad y de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) adoptar las medidas necesarias para garantizar un suministro seguro y estable de los AIA y a un precio razonable.
Y es que, en los últimos tiempos, los AIA se han visto afectados por problemas de desabastecimiento. "Las dificultades en el acceso a estos dispositivos tienen un fuerte impacto psicológico en las familias, provocando angustia y ansiedad pues cualquier paciente que haya sufrido una anafilaxia debe llevar consigo un dispositivo con adrenalina para su inmediata inyección intramuscular en caso de una nueva reacción", han dicho las organizaciones.
La anafilaxia es la reacción alérgica más grave que puede afectar a un niño, y el tratamiento que es imprescindible administrar con urgencia para salvar su vida es la adrenalina. Todos los adultos que estén en contacto con el niño, ya sean padres, profesores, monitores de tiempo libre o cuidadores, han de saber utilizar los autoinyectores, según aseguran las tres sociedades científicas.
Sin embargo, pese a que los AIA son dispositivos seguros y fáciles de usar, en muchos casos los pacientes no saben cómo utilizarlos. Por ello, SEICAP, SEAIC y AEPNAA han pedido que los afectados reciban formación para emplear de forma adecuada los AIA y ser capaces de identificar una anafilaxia, así como tener un plan de acción que puedan aplicar en caso de una nueva reacción. Además, consideran que deberían recibir educación sobre las medidas generales para evitar los desencadenantes de las reacciones alérgicas.
Por otra parte, el shock anafiláctico está asociado con síntomas bruscos, de carácter grave, que provocan una súbita caída de la tensión arterial. Puede ocurrir de forma inesperada, con frecuencia ante la ingesta de algún alimento que produce una reacción alérgica en niños.
En este sentido, el manifiesto presentado por las sociedades científicas recomienda el uso de los AIA como tratamiento de primera línea de la anafilaxia fuera del ámbito sanitario, teniendo en cuenta que la demora en su administración puede llevar consigo una peor evolución y que no es necesario esperar a que el niño entre en choque anafiláctico para administrar la adrenalina.