BARCELONA 26 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los inhibidores de un sistema hormonal de constricción de los vasos sanguíneos causan hasta el 40% de las hospitalizaciones por fracaso renal agudo, según sostiene un estudio liderado por el Hospital de Bellvitge de Barcelona en el que han participado el Hospital Universitario Vall d'Hebron, el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol y el Hospital Clínic.
Según ha informado el Hospital de Bellvitge este martes en un comunicado, los fármacos de bloqueo de un sistema hormonal de los vasos sanguíneos se introdujeron hace dos décadas para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca, de la hipertensión y de la pérdida de proteínas en el riñón.
A pesar de que en general son útiles y seguros, el jefe de la sección de nefrología del centro médico, Joan Torras, ha señalado que precisamente por sus buenos resultados ya no se administran con la prudencia del principio, sino que se hace de forma más excesiva y aumentan los efectos secundarios, como el fracaso renal agudo.
FARMACOLOGÍA CLÍNICA
Los resultados del estudio se presentaron en el XXV Congreso de la Sociedad Española de Farmacología Clínica, en el que se muestra que el 40% de los ingresos hospitalarios por fracaso renal agudo son debidos a los fármacos mencionados, una cifra que equivale al 0,5% de todos los ingresos hospitalarios urgentes; de los pacientes tratados, un 4% terminaron requiriendo diálisis y un 1,7% murieron por causas relacionadas con el fracaso renal.
La autora principal del estudio, la especialista Consuelo Pedrós, ha matizado los datos al explicar que la mitad de los pacientes ya sufrían insuficiencia renal crónica u otra patología renal, y todos presentaban al menos un factor de riesgo de deterioro de la función renal; de todos modos, ha afirmado que los fármacos salvan muchas vidas y no cuestiona su validez, pero que deben administrarse adecuadamente.
Torras ha explicado que para evitar estos casos, es importante que los pacientes se hidraten, sobretodo en verano y también si sufren diarreas o fiebres, y que los médicos deben ser conscientes de la importancia de una dosificación correcta, vigilar el uso combinado con otros fármacos, tener en cuenta enfermedades que pueden aumentar el riesgo de fracaso renal y monitorizar periódicamente la función renal.