MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
La industria farmacéutica ha solicitado la puesta en marcha de un marco estable favorable para la investigación y desarrollo (I+D), en el que participen todos los agentes, con el fin de potenciar los avances relativos a la inmunización.
"Avanzar en la investigación y desarrollo de nuevas vacunas es una medida que constituye, sin duda, una de las herramientas más valiosas de cara al futuro para proteger la salud de la población y arrinconar las enfermedades infecciosas y, cada vez más, ciertos tipos de cáncer", ha dicho la industria.
Se trata, además, de un terreno en el que Europa "puede y debe jugar un papel protagonista" de la mano de las compañías farmacéuticas que trabajan en este campo. De hecho, según datos de Vaccines Europe, que reúne a las compañías europeas que trabajan en el ámbito de la inmunización, cerca del 80 por ciento de las dosis puestas en circulación por estas compañías se fabrican en Europa, donde también trabaja el 45 por ciento de los profesionales de estas compañías, frente al 35 por ciento de Norteamérica y el 20 por ciento del resto del mundo.
Europa es también el destino de más del 70 por ciento de las inversiones en I+D de estas compañías, que dedican más de 2.000 millones de euros anuales a escala global (datos del año 2014) a investigar y desarrollar nuevas vacunas, en el marco de un proceso cada vez más costoso.
"Sabemos que desarrollar la nueva generación de vacunas será más complejo, arriesgado y costoso que nunca antes", ha dicho la presidenta global de Vacunas de Pfizer, Nanette Cocero, que representó a la industria farmacéutica en la reciente Cumbre Global de Vacunación, celebrada el pasado día 12 en Bruselas.
A juicio de la industria farmacéutica, es "evidente" que, pese a los progresos logrados en el pasado, hay que "avanzar en el desarrollo de nuevas vacunas" contra enfermedades contra las que aún no se han conseguido grandes logros en el terreno de la inmunización, como la infección por VIH, el virus respiratorio sincitial (RSV), o en la mejora de las ya existentes en casos como la gripe o la tuberculosis.
Otra área de crecimiento es la I+D de las vacunas que se administran durante el embarazo, de forma que la inmunización pasa de la madre al niño, otorgándole protección tras el nacimiento, el momento en el que es más vulnerable. En este punto, la industria farmacéutica ha recordado que ya existen vacunas de este tipo en fase de desarrollo contra el RSV, el virus del herpes simple o el estreptococo del grupo B, infecciones todas ellas potencialmente mortales para los bebés.
Por ello, el sector ha destacado la necesidad de seguir avanzando en la I+D de nuevas vacunas, una labor que requiere del apoyo y la colaboración de todos los agentes implicados y que necesita, entre otras cosas, que se ponga en marcha una política estable que permita el desarrollo de la I+D en el terreno de la inmunización, un proceso que puede prolongarse hasta los 18 años y suponer un coste superior a los 900 millones de euros.
"Las vacunas requieren un desarrollo más prolongado que otros medicamentos, y las políticas actuales no incentivan los esfuerzos en I+D de nuevas vacunas; hace falta un mayor reconocimiento del valor que aportan las vacunas", ha dicho Cocero.
MÁS INTERACCIÓN CON LAS AUTORIDADES EUROPEAS
Además, las compañías que trabajan en este campo necesitan tener las condiciones necesarias para una mayor interacción con las autoridades reguladoras, de forma que se garantice que no se están destinando recursos de I+D al desarrollo de nuevas vacunas que luego tengan pocas probabilidades de ser aprobadas.
Al mismo tiempo, desde la óptica del sector, ha llegado el momento de fortalecer la investigación dirigida a solventar las necesidades de los países con menos ingresos y a prevenir la aparición de pandemias, partiendo de la base de que prepararse ante los grandes desafíos de salud del futuro es uno de los mayores retos de nuestro tiempo, y las vacunas pueden ser parte de la solución.
La industria farmacéutica entiende además que hay que llevar a cabo un "cambio de mentalidad" en torno a la inversión en salud. De hecho, los sistemas sanitarios siguen basándose en tratar las enfermedades, no en prevenirlas, hasta el punto de que menos del 3 por ciento de los presupuestos sanitarios, de media, se dedica a prevención, y es el 0,5 por ciento el porcentaje de fondos dedicado expresamente a comprar vacunas.
Además, en el ámbito de la financiación las vacunas son de las medidas sanitarias "más coste-eficientes" que existen. A modo de ejemplo, sólo la vacunación de la gripe común genera en Europa un ahorro de 96 millones de euros en costes laborales al evitar la pérdida de 75.000 días de trabajo por baja laboral.
"Con todos estos elementos sobre la mesa, parece evidente que ha llegado el momento de concitar el apoyo de todos los actores implicados (administraciones, investigadores, profesionales sanitarios, organizaciones de pacientes en industria) para hacer posible, entre todos, que lo que hasta ahora se ha convertido en uno de los mayores logros de la historia de la Humanidad siga siendo una historia de éxito en el futuro", ha zanjado la industria farmacéutica.