La industria farmacéutica destinó 115 millones en 2017 a ayudas a profesionales sanitarios para acudir a congresos

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Actualizado: jueves, 28 junio 2018 12:48

MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

En 2017, la industria farmacéutica asentada en España invirtió aproximadamente 115 millones en ayudas a profesionales sanitarios para que pudieran acudir a reuniones y congresos científicos-profesionales, una cifra ligeramente superior a los 112 de 2016, según se desprende de los últimos datos de transparencia publicados este jueves por Farmaindustria.

La patronal de la industria farmacéutica recuerda que estas ayudas "contribuyen a que los sanitarios españoles mantengan el más alto nivel en conocimiento, especialmente importante en el campo de la salud, por el rápido avance en la investigación biomédica y los nuevos tratamientos".

En 2017, según datos de Farmaindustria, el 77,8% de las reuniones en las que la industria farmacéutica colaboró fueron nacionales, mientras que el restante 22,2% fueron reuniones internacionales; y la inmensa mayoría de las colaboraciones de la industria farmacéutica en España con profesionales sanitarios se realiza con médicos.

Asimismo, en 2017 el sector apoyó a organizaciones sanitarias para la celebración de estas actividades con 90,5 millones de euros, lo que supone un incremento del 11,7% respecto al año anterior. "Este dato pone de relieve el compromiso de la industria farmacéutica con las organizaciones y sociedades científicas, en su calidad de agentes esenciales para el modelo de I+D de medicamentos y la orientación en materia de formación, y que son garantía de independencia de estas actividades", señalan.

Además de hacer posible la actualización de conocimientos de los especialistas, "que supone innegables beneficios para sus pacientes", la participación de facultativos españoles en congresos resulta esencial para "propiciar la participación de los hospitales y centros de investigación españoles en ensayos clínicos internacionales, lo que a su vez atrae importantes inversiones a los centros españoles y facilita a muchos pacientes un acceso temprano a nuevos tratamientos".

Es el tercer año consecutivo en el que las compañías farmacéuticas publican estas colaboraciones en investigación y en formación médica, que constituyen uno de los pilares esenciales de la I+D y la calidad de la prestación sanitaria en España. La publicación de estos datos es consecuencia de la iniciativa de transparencia de la industria farmacéutica en Europa, incorporada en 2014 al Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica en España, y que se tradujo en la publicación a partir de 2016 de las transferencias de valor derivadas de las colaboraciones entre industria y organizaciones y profesionales sanitarios en el año anterior.

Para el presidente de Farmaindustria, Jesús Acebillo, "no hay duda de la necesidad de colaboración entre la industria farmacéutica, el sistema sanitario y las organizaciones y profesionales sanitarios; es crucial para la I+D de nuevos fármacos, para la formación continuada de los profesionales y para la calidad de la prestación sanitaria, y por lo tanto para los pacientes".

"La apuesta por la transparencia nos ayuda dar a conocer esta valiosa colaboración y nos presenta ante la sociedad como un sector moderno, abierto y consecuente, que no será perfecto, pero que tiene la voluntad clara de hacer las cosas mejor", concluye.

INCREMENTO EN I+D

Salvo en el capítulo referido a I+D, donde se ha registrado un incremento del 29% derivado del mayor esfuerzo de las compañías en este ámbito en España y de la creciente complejidad y costes de los nuevos ensayos clínicos, el resto de partidas se mantienen estables, en líneas generales, respecto a los datos del año anterior.

Además en 2017, la industria invirtió aproximadamente 251 millones de euros en contratos con organizaciones y profesionales sanitarios para desarrollar proyectos de investigación en el ámbito biomédico. Esta inversión supone la mitad del montante total de esta cooperación externa y hacen referencia a colaboraciones para el diseño o ejecución de estudios preclínicos, ensayos clínicos y estudios de postautorización.

El resto de inversiones extramuros incluyen conceptos como los contratos de investigación preclínica en los que no intervienen profesionales sanitarios o el suministro de medicación gratuita para los ensayos clínicos y su monitorización.

"Este esfuerzo de la industria farmacéutica, que promueve 8 de cada 10 ensayos clínicos en España, ha sido una de las claves que ha permitido situar al país, en los últimos años, entre los Estados europeos con mejores condiciones de toda Europa para acoger investigación clínica, sobre todo en sus primeras fases, cada vez más complejas y costosas", explican.

Por otro lado, los pagos a profesionales y organizaciones por prestación de servicios sumaron 79,5 millones de euros en 2017, una cifra muy similar a la del año anterior (79 millones). Esta cantidad se corresponde con las contraprestaciones por labores de asesoramiento, consultoría y ponencias en congresos. Estas remuneraciones, cuyas características y requisitos están delimitados en el Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, incluyen también los gastos necesarios para la prestación del servicio.

"Estas prestaciones de servicio permiten a la industria farmacéutica conocer el comportamiento de los nuevos fármacos en la práctica clínica, algo que sólo pueden proporcionar los profesionales sanitarios. Gracias a ello las compañías pueden mejorar la seguridad y eficacia de los tratamientos o detectar nuevas necesidades, lo que resulta muy beneficioso para el abordaje de las enfermedades, para la eficiencia del sistema y, en especial, para aportar nuevas soluciones al paciente", argumentan.

Por último, la industria farmacéutica hizo donaciones y dio subvenciones a organizaciones sanitarias que prestan servicios de asistencia sanitaria social o humanitaria por valor de 28 millones de euros. Estas aportaciones, que responden a peticiones de las propias organizaciones, son siempre desinteresadas, ya que, en virtud del Código de Buenas Prácticas, no pueden constituir un incentivo para "la recomendación, prescripción, compra, suministro, venta o administración de medicamentos".